Un documental que hasta ahora permanecía inédito y que recrea a Jorge Luis Borges como protagonista de su propio cuento “El sur” – al que calificó él mismo como su mejor obra–, fue presentado hoy ante la prensa por los cineastas José Luis Di Zeo y Tadeo Bortnowski.
Se trata de la película Borges, un destino sudamericano, una adaptación cinematográfica del relato, en el que los directores intentaron volcar gran parte de la esencia del mundo borgeano, enriquecido con las mismas palabras del autor.
Antes de su muerte, Borges sólo llegó a escuchar parte de la producción cinematográfica, rodada en 1975, ya que en aquel momento se encontraba aquejado por su ceguera. La película tiene como génesis un viaje que Di Zeo emprendió a Polonia para estudiar cine y donde se encontró con la traductora de Borges en ese país, quien le abrió las puertas a la casa del escritor en su regreso a Buenos Aires.
“Cuando regresé a la Argentina, pensaba sólo en dos cosas: comunicarme con Borges, convencerlo sobre la realización de algún proyecto y contactarme con Tadeo Bortnowsky para filmarlo”, sostuvo Di Zeo. La idea del director radicaba en que Tadeo Bortnowsky, un realizador que filmó escenas bélicas durante la Segunda Guerra Mundial y que conoció el inhóspito suelo siberiano luego de participar en la resistencia a la invasión rusa a Polonia, para ofrecerle participar del documental, quien aceptó de inmediato.
Borges, por su parte –sostiene Di Zeo–, aceptó desde el comienzo ser parte del proyecto “y cuando le planteé la posibilidad de que hiciera la adaptación del cuento, me dijo: de ninguna manera, adáptelo usted”. El cineasta señaló, además, que “Borges estaba muy ansioso y muy comprometido con el proyecto” y describió también cómo fue el primer día de filmación: “Llegamos a Maipú 994 a la 8 de la mañana. El portero nos preguntó: ‘¿Qué pasa que el señor Borges está levantado desde las 5 de la mañana?”.
“En principio no quería bajar del auto, porque hacía mucho frío. Tenía como cierto miedo escénico de encarnar a su personaje favorito, Juan Dahlman. Yo, por las dudas, había llevado una botella de cognac y le pregunté a María Kodama si le podía dar un poco y me dijo que sí, pero en realidad le llené la copa y Borges se la tomó, se sacó el sobretodo, se incorporó y le dije: ¡Borges a la batalla!”, refirió.
Fuente: DyN