CULTURA
Opinin - Panorama Educativo

UNESCO y las nuevas directrices sobre Educación Sexual

Los ministros de enseñanza y los especialistas de la UNESCO aprobaron normas orientadas a disminuir índices de contaminación entre los jóvenes por el virus del SIDA y el mejoramiento de su salud reproductiva.

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Los ministros de enseñanza y los especialistas miembros del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, aprobaron unas "directrices internacionales sobre educación sexual", orientadas a disminuir índices de contaminación entre los jóvenes por el virus del SIDA, y el mejoramiento de su salud reproductiva.

Las indicaciones o ideas a seguir para los contenidos de educación sexual y genésica elaborados por UNESCO, órgano del que también es miembro Argentina, no revisten de carácter obligatorio de aplicación, sino voluntario y fundamentalmente se centran en la enseñanza de los cambios de conducta en chicos y jóvenes.

Según señalaron los pedagogos, estas pautas apuntan a ofrecer a los docentes "orientaciones sobre la mejor forma de conseguir que los jóvenes de ambos sexos adquieren conocimientos necesarios para protegerse contra las coacciones, abusos y la explotación de índole sexual, embarazos inesperados y las enfermedades sexualmente transmisibles". Más allá de las recomendaciones, publicidades, spots televisivos, notas de investigación, entre otros mecanismos comunicacionales, los expertos y pedagogos hoy sostienen que "la educación es, por ahora, la mejor arma con que contamos para afrontar esos problemas".

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Las instrucciones están contenidas en el documento del organismo de las Naciones Unidas para la enseñanza llamado "Directrices internacionales sobre educación sexual", de autoría de Douglas Kirby, reconocido investigador y de Nanette Ecker, ex directora de educación y formación internacionales en el Consejo Estadounidense de Información y Educación sobre Sexualidad (SIECUS). El trabajo contiene fuertes datos sobre cantidad de jóvenes enfermos de SIDA o de otras dolencias de transmisión sexual, de niños de padres contagiados, de números de abortos de jóvenes madres o de hijos de niñas adolescentes.

Reúne 87 estudios efectuados en todo el mundo y pasa revista a los currículos de 12 países, así como a las directrices para "una educación sexual global", elaboradas por el SIECUS. Según sus responsables, el Programa apunta a "prestar ayuda a las autoridades que se dedican en los campos de la educación y la salud y a preparar y aplicar programas y materiales didácticos para escolares" y explica un poco de que se trata este tipo de enseñanza y su importancia.

La obra pedagógica está estructurada en torno a seis ejes, siendo estos: relaciones, valores, cultura, sociedad y derecho, desarrollo humano, conducta sexual y salud sexual y genésica, y también aborda 23 subtemas vinculados con objetivos de aprendizaje para cuatro grupos etarios diferentes, de entre 5 y 8 años de edad; 9 a 12 años; 12 a 15 años y 15 a 18 años, o más. Kirby sostuvo que "si el objetivo que se pretende alcanzar es que disminuyan las conductas sexuales arriesgadas, los programas deben tener un enfoque preciso y comprender recomendaciones concretas".

En las directrices para los docentes en la currícula se formulan 32 recomendaciones y 13 de éstas se orientan hacia los cambios de conducta, entre los que se mencionan "evitar las relaciones sexuales no deseadas y utilizar preservativos". "Si las matemáticas y las ciencias se valoran como conocimientos importantes que los jóvenes deben adquirir por su propio bien, también se pueden valorar las ventajas de una educación sexual sólida", sostuvo Ecker.

 

(*) Agencia DYN