El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, fue declarado Huésped de Honor de la Ciudad por la Legislatura porteña.
El reconocimiento fue propuesto por los diputados Diana Martínez Barrios (PRO) y Juan Pablo Arenaza (Coalición Cívica), y aprobado por la mayoría macrista y otros diputados aliados.
La iniciativa, sin embargo, contó con el rechazo del bloque kirchnerista Encuentro Popular para la Victoria y la abstención de otros legisladores de la oposición al PRO.
Vargas Llosa abrirá el 21 de abril, con un discurso, la 37a. Feria Internacional de Libro, un hecho que motivó críticas de funcionarios nacionales e intelectuales kirchneristas.
En marzo pasado, una carta firmada entre otros por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, consideró que las "posiciones políticas, que a veces sorprenden por su agresividad, no deberían estar presentes en la inauguración, que es un hecho de cierta amplitud cultural" como la Feria.
"Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si me permite la paradoja, autoritaria también", sostuvo González en referencia a las ideas políticas del último Nobel de Literatura.
Sin embargo, la presidente Cristina Fernández les expresó a los opositores de Vargas Llosa que la discusión no podía "dejar la más mínima duda de la vocación de libre expresión de ideas políticas en la Feria del Libro", y les pidió retirar la carta.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, también cuestionó en su momento a Vargas Llosa por "su condición de fiel exponente de la derecha más reaccionaria".
Días después, el escritor juzgó "lamentable" que quisieran vetarlo para inaugurar la Feria del Libro y comentó que "la única vez" que le ocurrió algo similar en Argentina "fue durante la dictadura militar", cuando se prohibió la circulación de dos de sus obras.
La Fundación El Libro dispondrá medidas especiales de seguridad para evitar enfrentamientos o protestas por la presencia de Vargas Llosa en el ámbito de la Feria.
Gabriela Adamo, directora de la entidad, explicó que el objetivo es prevenir y tratar "que no pase nada que altere el espíritu" del encuentro.
