CULTURA

Volver a Juana Bignozzi, la poeta irreverente

La publicación de un libro póstumo y la realización de una película muestran el lugar central que ocupa una de las voces claves dentro de la poesía argentina. Influencia y miradas sobre su figura.

Juana Bignozzi
Juana Bignozzi y el libro póstumo "Novísimos" | Cedoc / Adriana Hidalgo

En Argentina, los poetas ocupan un lugar secundario dentro del campo literario, a pesar de ser en muchas ocasiones quienes lo mantienen lleno de vitalidad. Juana Bignozzi es uno de esos ejemplos en los que el renombre llega con cierto destiempo, pero con mucho de justicia. Nacida en Buenos Aires en 1937 y fallecida en 2015, integró el mítico grupo poético “El pan duro”, fundado por Juan Gelman en la década de los 60’s, cercano al partido comunista. 

Durante 30 años, entre 1974 y 2004 vivió en España, lo que la llevó a reflexionar en muchos de sus poemas sobre el exilio y el rol de un intelectual, sin por ello descuidar un modo directo en su escritura. A cuatro años de su muerte, su obra todavía tiene mucho para decir, algo que se comprueba con la lectura de Novísimos (Adriana Hidalgo, 2019), que reúne poemas inéditos que Bignozzi trabajó antes de morir.

El desafío como estilo. Mercedes Halfon, quien estuvo al cuidado de la edición de este libro, destaca en diálogo con PERFIL el trabajo que llevó la publicación de este material: “Había distintas versiones en su computadora, también había impresiones de los poemas entre sus papeles, y hay en internet un video donde ella lee estos poemas inéditos. Con todos esos materiales fui comparando y cotejando las distintas versiones, verso a verso, hasta establecer en cada poema, cuál era la versión más cerrada o definitiva”, comenta.

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Bignozzi integró el mítico grupo poético “El pan duro”, fundado por Juan Gelman en la década de los 60’s, cercano al partido comunista. 

Algo de esa labor profunda y delicada se ve reflejada en el prólogo de Novísimos que la propia Halfon escribió. Allí, destaca que este título “no es en rigor un libro que Juana hubiera concluido”, además de remarcar que Novísimos probablemente no fuera el nombre final, sino una forma provisoria de denominar el archivo en un Word, pero las circunstancias quisieron otra cosa. “Fue un trabajo largo, que hice paralelamente o como parte del trabajo con el Archivo Juana Bignozzi, que estamos armando hace algunos años”, complementa a este medio la escritora y periodista nacida en 1980.

Designada por la propia Bignozzi como su albacea, Halfon también llevó adelante la realización del film Las poetas visitan a Juana Bignozzi (título que juega con el nombre del último libro publicado en vida por la escritora en 2014: Las poetas visitan a Andrea del Sarto) un largometraje documental que se estrenará en salas en 2020 y se exhibió en la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. En las imágenes, se puede ver cómo el cine puede dar cuenta de la poesía y la figura de una poeta. Para ello, se filmaron materiales de Bignozzi, parte de su trabajo como escritora y su material fotográfico. 

La idea de la película, que incluye entrevistas a escritores, periodistas e incluso su mejor amiga desde la juventud, y tal como advirtió Halfon en una entrevista reciente a Osvaldo Aguirre, fue contar la historia de una autora con sus “contradicciones, con sus dificultades, porque se peleó con mucha gente, es una de esas figuras discutidoras y no reconciliadas que se vuelven cada vez más necesarias en el ambiente de la poesía y en la literatura en general”.

Juana Bignozzi Novisimos

Más allá del bien y del mal. Ese estilo desafiante puede verse a lo largo de Novísimos, en donde Bignozzi mira de manera retrospectiva tanto su vida como su obra, sin dejar de lado uno de los recursos que caracteriza a su poesía: la ironía. En una de las últimas entrevistas en vida que concedió la poeta Irene Gruss, señalaba: “La ironía yo la usé a la manera de Juana Bignozzi, pero a mí personalmente me sale escribir de esa manera. Ella lo hacía para alejarse y, encima, para ponerse por encima. Yo me di cuenta de eso muchos años después”. Más allá de la apreciación de Gruss, a lo largo del libro póstumo se puede ver esa mirada ácida y punzante: “esa funesta jactancia/ de que la insistencia es la medida del logro/ cuando sólo es la medida de la grisura”; o también: “los poetas en los años finales debe sonreír ante las insolencias/ los poetas al morir si no se defienden/ quedan en las manos que siempre despreciaron”. 

“Juana Bignozzi aportó muchas cosas, pero sobre todo esa fuerza que le imprime el compromiso político, la ideología, a la escritura de poemas. Pero también la ironía, el humor, la falta de solemnidad. No importa si el poema es triste o es alegre, uno leyéndola siempre termina por sonreirse. O al menos yo me sonrío, deslumbrado por su inteligencia”, señala Osvaldo Bossi a PERFIL. 

"No importa si el poema es triste o es alegre, uno leyéndola siempre termina por sonreirse", destaca Osvaldo Bossi

En esa misma dirección, el poeta y tallerista que este año publicó su obra reunida Única luz del mundo (Caleta Olivia)  agrega: “Tuve la suerte de compartir cenas y largas charlas con ella. Hermosas e hirientes. Juana estaba más allá del bien y del mal. Un personaje único, que añoraba un pasado mítico y al mismo tiempo estaba muy instalada en el presente. Sabía de cada libro que se publicaba, y era terriblemente despiadada y generosa con sus colegas contemporáneos”. 

Algo similar va a destacar Griselda García, escritora que reconoce una influencia directa de Bignozzi en su propia obra: “Es una autora clave para todo lector de poesía: una mujer que no temió alzar su voz, que tenía cosas para decir y las dijo sin ser ´pasto de la superficialidad´, una mujer que nos acompaña a todas las que, junto con ella, describimos ese arco que va desde la joven temerosa de sus primeros poemas hasta el acero de la luz para esa mujer sola que, citando su libro póstumo, supo, sin embargo, ‘ser acompañada’”.

La autora, tallerista y también responsable del sello Griselda García Editora, agrega en diálogo con este medio: “Conocí su nombre cuando estaba haciendo una investigación sobre el grupo “El pan duro”. Decían que había sido la única mujer en un grupo de hombres. Eso atrajo mi atención. Cuando la empecé a leer, quedé impactada por la fuerza de su obra”. En esa dirección, comenta: “Después, llegué a frecuentarla, aunque no llegamos a una amistad. Se sostiene con el cuerpo lo que se escribe en un papel, dicen, y en su caso esto se confirmaba. Esa coherencia, esa fortaleza y también esa profunda soledad (llega un momento en que las palabras tienen valor de acto) fueron lo que me cautivó”.

"Ser mujer y tener miedo creo que van de la mano, siempre tenés que ver a quién podés lastimar o te da culpa decir ciertas cosas. En ella veo todo lo contrario", afirma Griselda García

Para García, la intensidad y electricidad de la obra de Bignozzi puede encontrarse en otros correlatos: “Es un tipo de poesía en donde el Yo enuncia sin miedo. Ser mujer y tener miedo creo que van de la mano, siempre tenés que ver a quién podés lastimar o te da culpa decir ciertas cosas. En ella veo todo lo contrario. Me hace acordar mucho a Patti Smith y su recitado en ‘Babelogue’, en donde grita ‘¡No tengo culpa!’. Reconozco esa misma fuerza y potencia en ambas”, concluye.

Influencia y legado. Pensar cuánto hay de Bignozzi en las nuevas generaciones de poetas es una tarea poco sencilla, sobre todo si se tiene en cuenta el poco tiempo transcurrido desde su fallecimiento en 2015. Sin embargo, Bossi va a animarse a dar su mirada: “Creo que Juana es la más actual de las poetas de su generación. El uso “desangelado” del lenguaje, su mirada sobre el mundo y sobre la poesía en particular. El reverso de Pizarnik. Ninguna introspección lírica. Todo lo contrario”. 

“Siento que Bignozzi produce fascinación. Suele pasarme en la librería, que se acercan muchas personas interesadas en la poesía, a partir de lecturas más contemporáneas y descubren en ella, una voz fresca, cercana", comenta Malena Saito

En tanto Malena Saito, autora del leído y elogiado poemario Amiga (Santos Locos, 2017), también va a destacar su vigencia e influencia: “Siento que Bignozzi produce fascinación. Suele pasarme en la librería, que se acercan muchas personas interesadas en la poesía, a partir de lecturas más contemporáneas y descubren en ella, una voz fresca, cercana, muchas veces preocupada por temas que nos siguen ocupando ahora. Nuevamente la amistad, la pregunta sobre lo que implica ser mujer, los papelones que representa ser la que no entra en los esquemas sociales, la ley masculina,  la falta de "instinto materno", la presencia de un lobby en el arte, el desencantamiento con una cierta forma de hacer política, la mirada que intenta ser liviana para tratar los temas profundos y también la crítica, en ese tono, que no es panfletario, sobre los vínculos y mandatos patriarcales”, concluye la joven de 25 años que lleva adelante la librería Luz Artificial, ubicada en el barrio de Almagro.

En la misma dirección va a manifestarse Luciana Reif, poeta, tallerista y ganadora del premio Premio a la Creación Joven de la Fundación Loewe por su poemario Un hogar fuera de mí (Visor): “Hay algo de cierta frescura e irreverencia poética en Juana, ese modo de tejer lo altivo con lo mundano, hablar del país y de la cocina o el baño, de Europa y del bife de chorizo, atravesado con contradicciones que parecen casi modos de pensar en voz alta; que lo veo muy presente en la poesía contemporánea, una mezcla entre lo lírico y lo coloquial que atraviesa el modo poético en el que se está expresando nuestra generación”.

"Hay algo de cierta frescura e irreverencia poética en Juana, ese modo de tejer lo altivo con lo mundano, hablar del país y de la cocina o el baño", subraya Luciana Reif

Del otro lado de la moneda se puede encontrar la visión de Griselda García, quien sentencia: “Por ahora su influencia no se ve demasiado. Tal vez molesta ese tono sentencioso que tienen algunos poemas suyos. Por lo que leo y a riesgo de equivocarme, puedo decir que algunas poéticas aguadas de esta época, dignas hijas del vacío que dejaron los 90, están muy lejos del compromiso con la palabra, y orgullosas de eso”.

Más allá de la herencia directa que pueda verse en las últimas producciones contemporáneas, el legado que deja la obra de Bignozzi es amplio y es probable que su figura vuelva más de una vez a ocupar el centro de la escena literaria argentina de cara al futuro. Eso no va a suceder sin contradicciones ni discusiones, algo que ella misma quizás hubiera disfrutado. Después de todo, y aunque se crea lo contrario, la buena poesía nunca causa indiferencia.