Tras el nombramiento de Rio de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos en 2016, la embajada estadounidense en Brasilia expresó su fuerte preocupación con los problemas de seguridad y falta de infraestructura en la ciudad. Además, aseguró que el propio gobierno brasileño admite la posibilidad de atentados terroristas, según un cable diplomático divulgado ayer por la organización Wikileaks.