DEPORTES
opinión

Carne, soja, litio y futbolistas

Alan Varela la está rompiendo en el Porto.
Alan Varela la está rompiendo en el Porto. | Twitter

En el mundo de la literatura, cada cierto tiempo un grupo de investigadoras que trabajan en instituciones culturales publican un informe llamado “Extraducción en Argentina”, que da cuenta de los libros de autores nacionales traducidos a lenguas extranjeras. Qué libros se traducen, a qué idioma, de qué autores, en qué editoriales; toda esa información es riquísima y permite armarnos un buen mapa de la situación internacional de la edición argentina. Pues bien: me encantaría que existiera algo así en el fútbol.

Argentina, también en el fútbol, es un país exportador. Como con la soja, el litio o la carne, el fútbol argentino vive de exportar materias primas sin demasiado valor agregado. Jugadores más o menos baratos (comparemos si no los precios que se pagan por los jugadores brasileños más o menos del mismo nivel y la misma edad) que van a todos los mercados, entre algunos a los que les va muy bien, otros que la van peleando y otros más que fracasan y vuelven vencidos a la casita de sus viejos.

Desde grandes equipos europeos hasta clubes de la Segunda División de países menores, hay jugadores argentinos en todos lados. Pero poco sabemos de ellos. Fuera de Messi, que es un universo en sí mismo, y de los cracks que juegan en los 8, 9 o 10 grandes equipos europeos (que no son demasiados), poco sabemos de la vida de los jugadores que juegan afuera. De la vida deportiva, me refiero. Muchas veces es como si se los hubiera tragado la tierra. Jugadores que aquí eran estrellas domingo a domingo un día se van afuera y dejamos de saber sobre ellos. Mientas tanto, salen nuevos pibes a los que pronto van a vender, y así sucesivamente.

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Por dar un ejemplo: un amigo portugués, muy futbolero, me viene diciendo desde hace semanas que Varela, el ex 5 de Boca, la está rompiendo en el Porto. Yo intenté encontrar información, pero apenas si pude dar con notas breves, datos perdidos. Hasta que el miércoles 6 de marzo, en la página web de TNT Sports, leo una nota cuyo título y copete dice: “El salto que podría dar Alan Varela en Europa. Según informaron en el Viejo Continente, Alan Varela es seguido por el Manchester City y su estado está en ‘evaluación’: tiene una cláusula de 70 millones de euros”. Es decir, Varela se convierte en nota por el eventual pase al City, y no tanto por su alto nivel en el Porto, razón por la que el club inglés se fijó en él.

Curiosamente (o no tanto: esto es parte de las razones de su éxito), quienes hacen muy bien ese trabajo generalmente ausente en los medios son Scaloni y su cuerpo técnico. Seamos honestos: ¿cuántos conocían al Dibu Martínez, cuántos lo habían visto jugar, antes del llamado a la Selección? De hecho, más allá del reducido grupo de jugadores muy conocidos de la Selección, hoy en día hay muchos campeones del mundo a los que apenas les conocemos la cara. Se fueron al extranjero jóvenes, juegan en equipos medianos europeos, y si Scaloni no los llamaba no hubieran estado en el radar de nadie. Ese trabajo de scouting es de lo mejor del cuerpo técnico de la Selección. Pues, Scaloni: ¡Para Varela, la Selección!