En Londres se corrió un tradicional maratón que reunió multitudes pero lamentablemente no tuvo un final feliz porque una mujer de 30 años falleció al desplomarse en el tramo final de la carrera.
Claire Squires había ingresado al pasaje Birdcage Walk, recta final para llegar a la línea de meta, donde se encuentra el Palacio de Buckinham, pero sufrió una descompensación y no pudo ser reanimada por el personal médico.