AFIP lanzó devolución con tarjeta para comprar carne, pero el sector duda que baje

La AFIP instrumentó el sistema de reintegro del 10% para comprar con tarjeta de débito, prepagas o similares asociadas a cuentas abiertas en entidades financieras o fintech para los cortes vacunos.  Sin embargo, en el sector dudan que esta medida logre efectivamente bajar los precios en el mostrador, ya que la mayoría de compras con tarjeta solo se realizan en grandes supermercados, y entre el 70 y el 80% de las ventas de carne vacuna en todo el país se realizan en carnicerías que no van a tener este sistema.

La medida, que regirá desde el 1° de marzo al 31 de diciembre, está destinada a consumidores finales que hagan sus compras con tarjetas de débito, prepagas o similares, y prevé un tope de devolución de $ 2 mil mensuales, que deberán ser acreditados a los cuatro días de la operación.

El Gobierno anunció el Programa Integral de impulso a la producción y consumo de carne, que incluye siete cortes a Precios Justos, algo que, algunos productores consideran, no tendrá el éxito esperado. La dificultad de importar materia prima para la producción de carne de cerdo y pollo hace el panorama menos alentador. Esto preocupa porque en general ante los incrementos en la carne vacuna, los consumidores se inclinan por otras opciones más económicas como la aviar.

Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa de las Carnes, advirtió, en diálogo con Radio Rivadavia, que estas medidas terminan destinándose “para las cadenas de supermercados, no para las carnicerías”. Con respecto a la posibilidad de que los precios sigan subiendo, Chiesa dijo que cree que “se van a mantener”, aunque hay que esperar a ver “cómo se comporta el clima y los costos de producción”.

Dependiendo de estos factores, y tal como anticipó PERFIL, las subas podrían continuar y en abril esperarse otro pico. Así lo considera el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (Ciccra), Miguel Schiariti, quien afirmó que “la carne todavía podría tener aumentos en torno al 40%” en los próximos meses.

Sobre el tema, Schiariti comentó a PERFIL que ante la suba de la carne vacuna “es posible que haya un aumento de la demanda de otros productos como el pollo y el cerdo”, ya que la primera reacción de los consumidores es “dejar de comprar”. Sin embargo, aseguró, después de un tiempo “vuelven a la compra normal”, siempre que tengan “los recursos económicos suficientes”. 

En este contexto de subas se extiende la preocupación ante un posible aumento de productos sustitutos de la carne vacuna. Juan Luis Uccelli, consultor del sector porcino, aseguró a PERFIL que con las importaciones “hay una situación caótica”. Afirmó que las trabas impuestas por el Gobierno complican la compra de vitaminas y minerales “que van al alimento de los cerdos y los pollos” y que “en Argentina no fabricamos”. Por otro lado, aseguró, también hay problemas con la importación de productos veterinarios para la castración química de los cerdos, lo que obliga a faenarlos con menos peso.

Uccelli dijo además que “las importaciones de cerdo, que sí producimos acá en el país, han subido de una forma importante el año pasado, y en enero representaron 6 millones de dólares”. Según el último informe de la consultora que dirige, JLU, “la cifra de enero es cinco veces mayor que el promedio del año 2022”. 

El especialista agregó que, durante 2023, por el precio y por los daños que provocó la sequía, “vamos a consumir menos carne vacuna”.  Por eso, opina, “el error del Gobierno, que sabe la situación de la carne vacuna y que no la puede parar” es “complicar a las carnes complementarias”.

Desde la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) aseguraron que “habrá que ver si la suba de la carne vacuna permite subir un poco los precios del pollo y el cerdo”, y que eso dependerá de “cómo responde el consumidor”.  Con respecto al tema de los problemas en las importaciones, consideran que “tiene un impacto que no es determinante, pero incidencia tiene”.