La unificación y reducción de impuestos y aportes es una de las propuestas en estudio para bajar el trabajo en negro del 34% actual a una ambiciosa meta del 25%, aunque el Gobierno reconoce que “una gran simplificación sería compleja”, según explicó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
“Estamos pensando en los kioscos, almacenes, pequeños emprendimientos gastronómicos, en fijar para las microempresas con hasta cinco empleados y con un tope de facturación y salarios” un aporte reducido, de alrededor de $ 300 por empleado, que preserve las contribuciones a la obra social. El empleador quedaría eximido de los aportes a la seguridad social, aunque sí los haría el empleado, según detalló el funcionario sobre las negociaciones que están en marcha.
El investigador de la Universidad de Campinas, Márcio Pochmann, aportó la experiencia de Brasil y despertó el interés de los funcionarios provinciales que escuchaban en un seminario que organizó la OIT. Brasil implementó una simplificación tributaria que creó “un solo impuesto para pequeñas empresas que eliminó la superposición entre tributos por municipio, provincias y Nación. Se redujo además el tributo de previsión social, y esto dejó un avance en la formalización”, relató el especialista.
“Esto implicó la formalización de 3,5 millones de emprendedores entre 2008 y 2012 y la salida del mercado de trabajo de gente que trabaja sin remuneración, como en el trabajo infantil y esclavo”, agregó.