El fantasma de la cláusula RUFO (Right Upon Future Offers) ha venido creciendo de la mano del propio Gobierno. El monto del posible reclamo de los acreedores que entraron en los canjes ante una mejor oferta “voluntaria” a los fondos buitre fue aumentando a medida que se hizo más real la posibilidad de un nuevo default.
Lo cierto es que para que esa supuesta catarata de demandas llegue a los tribunales de Nueva York hacen faltan muchos pasos, que no son simples.
La abogada estadounidense Anna Gelpern, especializada en finanzas y profesora de la Universidad de Georgetown, le sacó dramatismo a la RUFO. En una nota que escribió para Creditslips.com, sitio especializado en finanzas, explicó cómo serían los pasos para ponerla en práctica.
Primero, la aplicación no es automática. Los acreedores deben conseguir el voto de al menos el 25% de sus pares para ir contra Argentina por la violación de la cláusula. Ese 25% debe ser sobre el total de la deuda reestructurada por el país, número que no es fácil de conseguir.
Luego, un juez del distrito sur de Nueva York tiene que aceptar el caso. Tiene que interpretar que el cumplimiento de un fallo de otro tribunal estadounidense –en este caso, que Argentina se avenga a pagar de alguna manera el fallo que beneficia a los buitres por US$ 1.500 millones– es pasible de una violación de la RUFO.
Si hay acuerdo, el gobierno argentino seguramente se cuidará de dejar en claro que paga en protesto o de manera involuntaria y, seguramente, para cubrirse aun más buscará realizar el primer pago una vez que venza la cláusula maldita el 31 de diciembre de 2014.
En paralelo, el juez que tome el caso deberá calcular con la mayor precisión posible cuánto cobraron los que entraron al canje, de cuánto fue la quita real para verificar si realmente se violó la RUFO al pagarles a los buitres.
Todo esto lleva tiempo y mucho dinero en abogados. Algunos expertos consultados estiman, al menos, otros 12 años de juicios para que algún acreedor consiga algo en la Justicia neoyorquina, si lo consigue. El abogado Gustavo Arballo estimó esta semana en 0,01% la posibilidad de que se active la cláusula RUFO si se les paga a los buitres.
Pero el gran temor detrás del discurso épico “patria o buitres” que genera esta cláusula es la cárcel. La Presidenta y Kicillof son los más asustados, según las fuentes consultadas. Cristina Fernández equipara a la RUFO con el megacanje de deuda de Cavallo de 2001 por el que el ex ministro está procesado y espera juicio oral.
De hecho, los abogados de Argentina en Nueva York presentaron esta posibilidad como argumento a Griesa para que reponga su medida cautelar y no se cumpla el fallo a favor de los buitres.