El habitual informe del Foro Económico Mundial (WEF en inglés) de competitividad se centró en la recuperación de la pandemia de Covid y Argentina quedó relegada en los indicadores. Con 49 puntos promedio, el país está entre las posiciones más bajas de puntaje respecto a los factores de transformación compartiendo grupo con Eslovaquia, India y Polonia.
Los mejores puntajes para el país (entorno a los 60 puntos) se dan en la mejora de infraestructura para el recambio energético, la posibilidad de repensar marcos laborales y los incentivos para generar diversidad e inclusión.
“En todos los aspectos se encuentra por debajo de la media, lo cual brinda un panorama desalentador y cubierto de desafíos respecto a la economía del futuro”, evaluaron Eduardo Fracchia y Martín Calveira, ambos economistas que trabajaron en la recolección y sistematización de los datos, para el IAE Business School de la Universidad Austral, que administra este informe a nivel local junto al WEF desde 1994.
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"Los desafíos que se desprenden del análisis del WEF para nuestro país en particular no son menores, ya que se vinculan con características estructurales de las economías. El rol de la inversión principalmente en conocimiento y capacitación de los trabajadores en el marco de la evolución de los mercados hacia una mayor participación del conocimiento, información y servicios serán fundamentales”, detallaron los economistas.
Las bajas calificaciones se mantienen también en rubros como los incentivos para dirigir los recursos financieros hacia inversiones a largo plazo, fortalecer la estabilidad y expandir la inclusión y en facilitar la creación de mercados modernos relacionados con las nuevas tecnologías, especialmente en áreas que requieren colaboración público-privada. En los marcos de competencia y antimonopolio, necesarios en la Cuarta Revolución Industrial, “está muy lejos de la media”.
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En esta edición del informe del WEF hace una pausa en las clasificaciones comparativas de países en el Índice de Competitividad Global, para realizar este análisis de cómo las economías deberían pensar en la reactivación y la transformación. Se combinaron datos históricos y los resultados de discusiones de expertos para resaltar las prioridades existentes y emergentes, “no solo para reiniciar el crecimiento económico mundial post pandemia COVID-19, sino también para establecer una nueva dirección que brindará prosperidad sostenible e inclusiva en los años venideros".
Una vez más el “modelo nórdico es el más prometedor para llevar los sistemas económicos hacia una mayor sostenibilidad y prosperidad con inclusión". Finlandia, Dinamarca y Suecia, se posicionan entre los mejor preparados en la mayoría de las 11 prioridades. Dinamarca y Finlandia aparecen en cuatro oportunidades entre los 3 primeros, mientras que Suecia aparece tres veces y Estados Unidos se encuentra entre los 3 primeros tres veces en las 11 categorías, con un buen desempeño en áreas como la inversión en investigación y generación de patentes.
PV
