En América Latina hay dos experiencias claras de gestiones de gobierno con perfil empresario. Una de las más resonantes fue la del mandatario mexicano Vicente Fox (2000-2006), ex gerente de Coca-Cola, quien eligió nueve de sus 13 ministros en el sector privado. “Mi gobierno es de y para empresarios”, fue una de las primeras frases que pronunció frente a un grupo de inversores al asumir.
Durante el sexenio de su gestión, México creció a un ritmo de 1,7% anual promedio. Al final de su mandato, un informe del Banco Mundial advirtió que un grupo de sólo veintemillonarios ligados a la actividad empresarial –entre ellos el zar de las telecomunicaciones Carlos Slim– detentaba el 6% del PBI del país.
Asimismo, varios ministros del gabinete inicial de 22 ministros del ex presidente chileno Sebastián Piñera (2010-2014) eran reconocidos hombres de negocios. Y por lo menos dos, estuvieron entre los únicos cinco que lo acompañaron hasta el final del mandato. Uno de ellos fue el canciller Alfredo Moreno Charme, de larga trayectoria en el sector bancario, impulsor de la integración del país a la Alianza del Pacífico (Chile, México, Colombia y Perú). Otro fue el ministro de Salud Jaime Mañalich, director de la reconocida clínica privada Las Condes. Pero también hay que destacar al ex gerente general de Cencosud, Laurence Golborne, quien como ministro de Minería se hizo famoso en 2010 por llevar adelante el operativo de rescate de los 33 mineros atrapados en San José. Durante la gestión Piñera, la economía creció un 5% por año.
Así les fue a un ex Coca-Cola en México y al dueño de LAN en Chile
