En una reunión extraordinaria y por videoconferencia, el Club de París, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) y los representantes de los acreedores privados analizaron la iniciativa de reducción de los servicios de deuda planteada por el G20. No se pronunciaron todavía sobre el pedido argentino de suspender el pago del próximo 5 de mayo hasta el 2021.
El grupo de naciones acreedoras remarcó “la complejidad de lograr una suspensión de servicios de deuda en un corto tiempo”, aunque aclaró que los fondos de inversión “mostraron su apoyo y están comprometidos con explorar cómo avanzar”, en base a los pedidos específicos de los países deudores, entre los que está la Argentina.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, le envió una carta al Club de naciones en marzo, adelantando el plan de postergar el vencimiento del 5 de mayo de este año al 2021. Unos días antes había anticipado su plan para renegociar, con cuestionamientos a la tasa del 9% que paga la Argentina en 2020 y 2021. “No es sostenible y es una muy mala ancla para el resto de la reestructuración de la deuda y no está en igualdad de condiciones con el resto de los acreedores”, dijo durante un seminario en el Vaticano, antes de que la pandemia cancelara las reuniones presenciales.
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El miércoles, el presidente Alberto Fernández le pidió a la canciller alemana, Angela Merkel, asistencia con la negociación. Alemania es uno de los principales integrantes del grupo de naciones donde también participan Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Italia, Japón y Suiza, entre otros. “La puse al tanto de las gestiones que llevamos a cabo para reestructurar de forma sostenible la deuda pública y le agradecí su rol fundamental en nuestras negociaciones con el Fondo Monetario. El apoyo de Alemania será también muy importante ante el Club de París”, detalló Fernández sobre su llamado a Merkel.
Por el shock económico del Covid-19, la situación “es preocupante en los países más pobres y menos desarrollados”, indicó el grupo en un comunicado. La base de acreedores, que incluye préstamos bilaterales y multilaterales, además de bonistas, “es muy diversa y la coordinación es crucial”, indicaron y remarcaron que por la caída del precios de los commodities y la turbulencia en el petróleo, muchos de esos países primarizados ven una caída de sus exportaciones.
Para los países más pobres se aprobó la suspensión de los pagos de deuda hasta diciembre de 2020. En las próximas semanas, los acreedores buscarán un acuerdo para los privados. “Se necesita una colaboración activa entre los acreedores públicos y privados”, señalaron en la conferencia.
