La voz de alarma está dada. En los próximos meses los índices de desocupación empezarán a mostrar una curva ascendente en todo el país. El enfriamiento económico global afectará a los precios internacionales, lo que significará menor entrada de dólares e impacto en el consumo y en la tasa de crecimiento, que descenderá a alrededor del 4%, es decir, a la mitad de los últimos cinco años.
Este escenario llevará a la caída en la demanda de mano de obra y a mayor desempleo. Para Ernesto Kritz, director ejecutivo de Sel Consultores, el indicador actual de desempleo –oficialmente del 8%– aumentará dos puntos entre finales de este año y principios del próximo. “No es un gran aumento, pero más que a esa tasa le prestaría atención a la de empleo– porque no va a haber creación y es posible que decaiga”, advierte.
Hoy hay alrededor de 16,7 millones de ocupados. Desde mediados del 2002, se crearon 3,8 millones de nuevos puestos, pero de ellos sólo 144 mil corresponden al primer semestre de este año. El dato señala una reducción en la elasticidad ingreso del empleo, que relaciona el crecimiento porcentual real de la economía con el crecimiento porcentual del empleo.
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