La Inversión Extranjera Directa (IED) experimentó un salto de 123,2% en 2022 al acumular un saldo positivo de US$15.408 millones, según se desprende un informe publicado por la CEPAL.
Las estimaciones de la comisión indican que tal magnitud no se alcanzaba desde 2012, cuando marcó un nivel de US$12.551 millones durante el último mandato de Cristina Kirchner.
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De esta manera, la Argentina ocupó el cuarto lugar el ranking de América del Sur detrás de Brasil (US$91.502 millones), Chile (US$20.865 millones) y Colombia (US$16.869 millones). Si se tiene en cuenta el resto del continente latinoamericano, nuestro país se ubica quinto por la inclusión de México (US$38.932 millones).
Las razones detrás del incremento de la Inversión Extranjera Directa
Desde el organismo señalaron que "la mayor parte de la IED correspondió a préstamos entre empresas (57%) y en segundo lugar a la reinversión de utilidades (37%), y ambos recibieron más capital que en 2021".
En tal sentido, el estudio subrayó que los aportes de capital representaron una participación pequeña del porcentaje total (5%) y el monto recibido fue inferior al año anterior al ubicarse en -3%.
Por otra parte, detallaron que la falta de información precisa por sector u origen de la inversión impide identificar el flujo de los recursos vinculados a la Inversión Extranjera Directa.
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A nivel local, la CEPAL explicó el aumento de la IED mediante el interés extranjero en el rubro de extracción y exploración de litio por parte de inversionistas extranjeros y los proyectos de hidrocarburos, concentrados en la formación de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta.
"El crecimiento más relevante se dio en la reinversión de utilidades y en los préstamos entre empresas. Por primera vez desde 2010, la reinversión de utilidades se convirtió en el principal componente de la IED en la región (un 43% del total), después de crecer un 50% en 2022 en comparación con el año anterior", aseguraron sobre la región.
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Esto se traduce en que la Argentina no recibió una mayor inyección externa de dólares ni capital extranjero sino que las propias compañías que están asentadas en suelo nacional redirigieron ganancias hacia otros proyectos o financiaron a subsidiarias.
Al mismo tiempo, las restricciones cambiarias obraron como un domo que impidió la salida de divisas del país y forzó a las empresas a pensar de qué forma redireccionar recursos que no pudieron transferir a las casas matrices.
"Cuando se ven los números, el 37% de ese monto se debe a reinversión de utilidades. Son utilidades que se generan en la Argentina y como está el cepo y no se pueden girar, se usan eventualmente acá donde una empresa puede comprar un edificio o comprar títulos públicos de deuda", indicó el economista Sebastián Menescaldi.
A la vez, el director asociado de la consultora EcoGo remarcó que la mitad del crecimiento de la IED registrado entre 2021 y 2022 se explica por los "US$8.000 millones en préstamos intraempresariales".
"No es que haya un boom de Inversión Extranjera Directa sino que el cepo provoca que el dinero quede en el país ya sea porque las utilidades no pudieron ser giradas al exterior o bien porque no se pudo pagar y se incrementó la deuda intracompañías", añadió.
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Una mirada alternativa presentó el analista económico Hernán Letcher, para quien el aumento del 123,2% refleja un cambio de modelo económico entre el macrismo y el peronismo.
"En la etapa anterior hubo un ingreso fenomenal de inversiones golondrina porque la política de negocio financiero llevaba a que eso sucediera. La liberalización de la salida de capitales permitió ese mecanismo que terminó muy mal", juzgó el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Y cerró: "Los modelos económicos que promueven la producción y el consumo suelen apuntalar esas inversiones, incluso aunque en la retórica discursiva al capital extranjero le pueda parecer adverso".
MF cp
