A comienzos de junio del año pasado, el atrevido consejo de un relator de fútbol uruguayo a nuestra presidente, despertó polémica. "Venda sus dólares".
Le dijo públicamente. “Pásese a pesos”. Trascurridos un poco más de treinta días, la primera mandataria le hizo caso a Víctor Hugo y en un discurso por cadena nacional (¿podría haber sido de otra manera?) anunció, con tono solemne, su trascendente decisión: Pesificó su plazo fijo (hasta ese momento constituido en dólares en un banco privado), trasfirió los fondos al Banco Nación y en esta institución realizó una nueva colocación, en pesos.
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