El swap de monedas firmado con China convirtió al gigante asiático en el aliado favorito del Gobierno al punto que, en conversaciones privadas con empresarios, funcionarios oficiales llegaron a recomendarles: “Si tienen que importar algo, que sea chino”. La firma de acuerdos especiales que favorecen las inversiones chinas y el abastecimiento de proyectos con productos asiáticos –que quedó a la espera de la aprobación de Diputados– engloba, para industriales y analistas, un riesgo para la producción local. “Los acuerdos que firmó China en Angola y Mozambique fueron leoninos”, relató Patricio Castro, asesor del FMI que viajó a observar las obras como representante del organismo. Llegaban con presos como mano de obra. Y si bien dejaron obras de infraestructura, los insumos fueron siempre chinos”, explicó. Con ese antecedente, en el proyecto aprobado por el Senado se modificó el artículo 6 por presión de la Uocra para establecer la contratación de mano de obra local. La próxima semana, el ministro de Planificación, Julio De Vido, encabezará la avanzada que viaja a Beijing para preparar la llegada de Cristina Fernández, el 2 de febrero.
Ordenes. “En reuniones en la Secretaría de Comercio, a varios empresarios les anticiparon que si hay que importar, tiene que ser de China”, aseguró Miguel Ponce, del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI. El crecimiento del gigante asiático como socio comercial se nota en las importaciones, explicadas por partes electrónicas y para el armado de teléfonos y otros productos en Tierra del Fuego, partes de motos, computadoras, trenes, plásticos y también algunos productos terminados como juguetes y artículos deportivos, muebles y prendas de vestir. En el último año, las exportaciones cayeron en general 11% medidas a noviembre pero el impacto en las compras a China fue menor, con una baja de 4% en el general en once meses, y el rubro bienes de capital creció 14% mientras que los bienes intermedios también aumentaron el 9%. En cambio, los bienes de consumo cayeron 15% y las partes para maquinaria bajaron el 20%. Las compras a Brasil, por su parte, cayeron el 25% de enero a noviembre de 2014 contra el mismo período de 2013. A diferencia de China, las importaciones de productos brasileños cayeron en todos los rubros: 34% fue la baja en bienes de capital, 8% en bienes intermedios, 27% en piezas para máquinas y 15% en bienes de consumo, además de la caída en autos, que fue del 38% con el principal socio comercial para este sector. La pérdida de participación de Brasil a manos de China es uno de los puntos que enojan a los industriales brasileños. El nuevo ministro de Industria de Dilma, Armando Monteiro, un ex presidente de la CNI, la UIA braileña, prevé visitar el país y “discutir la relación comercial” con la Argentina.
