El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciaron un bono de $18 mil para trabajadores informales, de casas particulares y monotributistas de la categoría A y B (en dos cuotas), así como uno de $12 mil para jubilados (en una cuota).
Además, se propuso un tributo a la “renta inesperada” que alcanzaría a empresas de ganancias anuales de más de 1.000 millones de pesos, detalló Guzmán, quien aclaró que sólo "el 3,2%" de las firmas del país tienen esa clase de ingresos.
Para el economista Salvador Di Stefano, en los anuncios “no hay nada novedoso porque para distribuir hay que generar ingresos. Lo importante es que el Gobierno ponga más esfuerzo en eso”.
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En declaraciones a RePerfilAr, Di Stefano agregó que “ni el presidente ni el ministro hablaron de eso sino de poner más tributos y acrecentar los problemas que ya tiene la economía argentina”.
“La inflación es el impuesto que afecta a las clases sociales más bajas y el problema de Argentina no es la guerra. En Ucrania la inflación mensual fue del 4,5% y la anual del 13,7% y en Argentina la inflación de marzo fue de 6,7% y la anualizada del 55%”, afirmó el economista.
Por su parte, Fausto Spotorno, opinó que “los bonos para jubilados y trabajadores informales son un intento para tratar de evitar que caigan los ingresos en términos reales de quienes están muy cerca de caer debajo de la línea de pobreza. Como hay problemas fiscales, se puede hacer solamente con un bono porque no puede garantizarse para todo el tiempo”.
Impuesto a la "renta extraordinaria"
Con respecto al denominado “impuesto a la renta inesperada”, Spotorno opinó que “es una tontería, no sé si podrán recaudar mucho con eso. Hay que ver cómo lo calculan y qué empresas entran. Las ganancias inesperadas ya están gravadas. Una empresa tiene ganancias volátiles, a veces ganan más y en otras pierden más de lo esperado. Es un nuevo impuesto a la producción cuando Argentina necesita empezar a producir y no castigar al que le va bien y al que produce”.
Damián Di Pace, director de Focus Market, señaló que este nuevo tributo "es un desincentivo a la inversión privada. Algunos lo pagarán por la renta inesperada, otros por la renta esperada, otros por revalúo inmobiliario, otros por la no suba de los mínimos no imponibles de las alícuotas tributarias".
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Para Di Pace, este tipo de medidas "reivindican un Estado que intenta compensar la carencia de ingresos de la población por falta de producción y generación genuina de riqueza por parte del sector privado, con acciones de mayor presión tributaria sobre ese sector donde el Estado toma a cargo la compensación para ciertos sectores, cuando es el generador de la inflación que intenta compensar".
El analista económico Christian Buteler indicó que “renta inesperada es un invento, lo que propone el ministro Guzmán es simplemente un aumento de alícuota del impuesto a las ganancias a algunas empresas”.
Y agregó: “Si una empresa gana $1.000.000 y paga 35% de ganancias al fisco le entra $350.000. Si por otro motivo gana $10.000.000 y paga 35% de ganancias al fisco le entra $3.500.000. El Estado ya recibe más ingresos por una mayor ganancia de la empresa, no necesita un impuesto nuevo”.
LM / ED