Las búsquedas laborales están directamente vinculadas al desempeño económico de un país. Entonces, ante un panorama local aún incierto e impredecible, es de esperar que las ofertas de trabajo se mantengan en un claroscuro difícil de leer.
Por su carácter de elecciones legislativas y no presidenciales, no pareciera que los próximos comicios de octubre tengan un impacto (positivo) significativo en el ritmo de las búsquedas ejecutivas.
Las compañías ya han adoptado un modo de “piloto automático” y de jugar “al error no forzado”, lo cual implica cubrir sólo aquellas posiciones estrictamente impostergables (usualmente por la rotación de personal natural que toda compañía posee).
Las proyecciones de los ejecutivos en posiciones de conducción en las empresas se reducen al corto y mediano plazo, y por ende, es difícil pensar grandes demandas de profesionales para genuinos proyectos de inversión. Así y todo, sin embargo, es cierto que este año existen al menos igual, por momentos algo más, de búsquedas laborales que en 2012. ¿Quién genera este crecimiento? Algunos sectores industriales específicos: Tecnología de la Información (IT), algunas agroindustrias, ciertos proyecto de energía, empresas de consumo masivo y servicios financieros; o incluso posiciones en Argentina pero con responsabilidad regional sobre otros países de América latina como por ejemplo Perú, Chile y Colombia, entre otros.
Así pues, se ha instalado un estilo de gestión amarrete, donde en vez de ir por más, se prefiere cuidar el cero en el arco propio. El público, en este caso los candidatos y ejecutivos, los más perjudicados.
*Gerente general de Ghidini Rodil.
