En la primera semana después de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y antes de lo que esperaban en el mercado cambiario, la devaluación de peso se aceleró a un ritmo mayor al registrado en las primeras semanas de agosto y también julio. De esa manera, el dólar oficial bajo la tutela del Banco Central que mantiene su política de flotación administrada, trepó 4 centavos en las cinco ruedas que siguieron a los comicios del domingo hasta llegar a los $ 5,60 para la venta.
De esta forma, el tipo de cambio oficial se deslizó 13,5% en lo transcurrido de 2013, y tan solo en los primeros 15 días de agosto el peso se devaluó 1,2% mientras que en el mismo período de julio, solamente había perdido un 0,8%, un movimiento que hizo repensar las estimaciones del dólar a fin de año entre los economistas, en coincidencia con la decisión oficial de acelerar la devaluación para aplacar el atraso cambiario que afecta a las economías regionales.
Para Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres, la aceleración en el ritmo de devaluación de la moneda debe entenderse como “una medida para evitar una mayor pérdida de competitividad”, y agregó que “la suba del dólar oficial esta semana nos llevó a elevar nuestra estimación para fin de año del dólar: pasamos de $ 5,90 a cerca de $ 6,10”.
En tanto, Gastón Rossi, director de LCG Consultores señaló que realizaron una leve corrección de lo estimado a principio de año ($ 5,90) hasta los actuales $ 5,98. Sin embargo, el ex secretario de Política Económica destacó que este mayor ritmo de devaluación del peso no significa un cambio en la política cambiaria.
“Con únicamente devaluar no se resuelve el principal problema local que es la inflación, sólo se logra no profundizar el atraso cambiario y la pérdida de competitividad”, señaló Rossi que recordó que hasta 2011 la Argentina tenía dos factores externos a favor; un dólar depreciado con respecto a muchas monedas en el mundo y un real alto.
En la misma línea, Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, coincidió en que Brasil es uno de los principales aspectos que explican una suba más rápida de dólar oficial en las pizarras y destacó que, si bien aún no realizaron modificaciones, están evaluando elevar levemente su estimación de tipo de cambio para diciembre de este año.
Daniel Marx, director de Quantum Finanzas, además de señalar a la suba de costos internos como uno de los principales motivos a los que apunta el Gobierno, sumó a la caída de los precios de intercambio. “La caída del precio de la soja es seguramente otro de los cambios que están siguiendo de cerca” por su importacia dentro de la economía.
El dólar blue, por su parte, retomó su camino alcista y terminó la semana a $ 9,02 marcando una brecha de 61% con respecto al oficial, en la city el volumen de operaciones fue escaso por las presiones oficiales, señalaron fuentes del sector.
El dólar, a casi 2,40 reales
El real brasileño tocó ayer su nivel más bajo con respecto al dólar desde marzo de 2009 pese a que el Banco Central del vecino país realizó dos intervenciones para detener la fuerte depreciación de la moneda.
El dólar en Brasil cerró ayer a 2,396 reales para la venta, un 2,4% por encima del cierre del jueves. Para detener la devaluación, el gobierno intervino en el mercado de futuros para proveer liquidez y ofreció swaps cambiarios tradicionales –derivados que emulan la venta de dólares en el mercado de futuros– para atenuar la depreciación del real, producida, en parte, por el temor a que la Reserva Federal estadounidense reduzca las medidas de estímulo que han apoyado el apetito por activos de mercado emergente.
Al respecto, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, declaró que el país cuenta con “herramientas” para combatir la volatilidad en el tipo de cambio –incluyendo sus reservas de divisas–.
La devaluación del real es una mala noticia para la industria argentina porque vuelve menos competitivos los productos locales. Por eso el BCRA también devalúa el peso.