Envalentonado por la aprobación de la reforma previsional y apurado por las presiones
empresarias, el Gobierno se apresta a dar las puntadas finales al paquete de compensaciones para
que las empresas no despidan personal. Los anuncios podrán realizarse en los próximos días, luego
de que la presidenta Cristina Kirchner aterrice en Buenos Aires tras su gira por el norte de
Africa.
El paquete no está cerrado y cuenta con un amplio menú de opciones, entre los que figuran
subsidios para fábricas, créditos a tasa fija para sostener el consumo y una campaña para favorecer
a los productos nacionales. El sábado se le sumó el renovado pedido de una parte del oficialismo
que pretende que con el dinero de las AFJP se funde un banco de fomento capaz de reducir las tasas
de interés y promover el crédito productivo.
Se descarta ahora una eliminación de impuestos internos, ya que el oficialismo en el Congreso
no toleraría tratar nuevos proyectos complejos, luego de que la estructura del bloque se
resquebrajara por el estrés provocado por las retenciones para el campo y la estatización de las
AFJP. Sin embargo no se descarta la reducción de las alícuotas para algunos productos que tendrían
la doble función de mejorar su competitividad y hacerlos levemente más accesibles. Se habla de
menores retenciones a productos terminados y reintegros más rápidos y eficientes a los
exportadores.
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