A diferencia de los países desarrollados, América latina tiene un férreo control en el consumo telefónico. Tanto es así que un 82,5 por ciento de las líneas de telefonía móvil activas en esta región utiliza tarjetas prepagas. El mercado argentino se destaca como el que detenta el mayor desarrollo en el sistema mixto, que combina esa variante con el abono fijo mensual.
En la región, el 16,8 por ciento elige abono por contrato mensual y el 0,7 por ciento utiliza el sistema mixto, según surge de un relevamiento de la consultora Latinpanel. La Argentina, en tanto, con el 64,2 por ciento de participación, es el mercado con menor porcentaje de usuarios de tarjetas prepagas, mientras que el sistema mixto -que combina el abono fijo mensual con un tope de consumo- alcanza al 10,1 por ciento.
Este sistema comenzó a emplearse en la Argentina en 2002 como respuesta a la demanda de un mayor control en el gasto de los consumidores tras la salida de la convertibilidad.
Las empresas en el país aseguran que en 2006 la tendencia fue una "evolución normal del prepago hacia el postpago". El servicio prepago implica un menor compromiso de fidelidad con la empresa y un mayor precio del servicio para el cliente, indicó el informe.
A los planes de control de gastos, las firmas de telefonía móvil sumaron los fuertes subsidios en los precios finales de los teléfonos, a fin de expandir la masa de usuarios. "El subsidio es una condición de mercado, una herramienta competitiva", dijo a la agencia oficial Télam el responsable de Movistar, Federico Rava.
En el mismo sentido, el responsable de marketing de Personal, Guillermo Rivaben, sostuvo días atrás que sería "bueno ir reduciendo los subsidios en la gama baja de teléfonos e incrementarlo en los de gama alta".
El objetivo sería expandir nuevos servicios, como MMS, videollamadas y descarga de videos, por sobre la cantidad de líneas en uso, aunque el sector espera llegar al 90 por ciento de penetración a fines del 2007.
Fuente: Télam