ECONOMIA
Deuda con los privados

En Washington creen que la negociación argentina con los bonistas es "inusual"

Marcan que es habitual negociar primero con el FMI pero el Gobierno va a contramano. Si falla, advierten que no hay tiempo para un salvataje.

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, en el Congreso. | Télam

La negociación de la Argentina por la deuda tiene el apoyo de los Estados Unidos aunque en el corazón político de ese país hay dudas sobre la estrategia elegida por el gobierno de Alberto Fernández. En Washington DC consideran que habría que negociar un nuevo programa con el FMI antes de realizar la oferta a los bonistas privados, porque los tenedores de títulos argentinos reclaman ver un plan económico.

Durante su paso por el Congreso, el ministro de Economía Martín Guzmán aclaró que no prevé “una presentación de powerpoint con un proyecto a diez años”, pero para los privados, la auditoría a cargo del Fondo podría generar esa garantía. Por otra parte, el Presupuesto todavía está en elaboración y condicionado al resultado de la reestructuración de vencimientos.

Entre las diagonales y las calles con letras que marcan a la capital estadounidense, se señala que lo que el Gobierno quiere hacer con los acreedores es “inusual” y agregan que los tenedores de bonos privados no van a entrar en pánico para darle al Gobierno lo que quiere. Es decir, una propuesta muy agresiva por parte del Ejecutivo argentino, en ese sentido, podría fallar, aunque los distintos actores creen en Alberto Fernández cuando dice que quiere evitar el default.

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La lectura de organismos y especialistas en deuda de la capital estadounidense plantea que Guzmán podría quedarse sin tiempo si su plan falla. Con los vencimientos que asoman a final de marzo para los bonistas, si falla la oferta de canje de deuda, no queda tiempo para negociar un acuerdo con el FMI. Los acreedores están acostumbrados a que haya un acuerdo, según plantean quienes participan regularmente de estas negociaciones.

Según indicó el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, durante una visita de la delegación argentina de la American Chamber of Commerce (Amcham) a la oficina de Dupont Circle, la negociación con los privados la maneja con hermetismo el titular del Palacio de Hacienda. Tampoco participan el FMI ni el Tesoro de los Estados Unidos de las condiciones de acuerdo con los privados ni se prevé un auxilio directo por parte del Gobierno de Donald Trump. Varios bancos privados habían encabezado conversaciones con los distintos grupos de tenedores de títulos y Economía finalmente resolvió contratar al Bank of America y el HSBC para la operación, de la que también participará Lazard. 

Auditoría. La misión del Fondo Monetario que termina su visita en Buenos Aires, en tanto, apunta a mejorar el relacionamiento con el Gobierno y conocer a los funcionarios de las distintas áreas y sus prioridades, pero no es una auditoría. Todavía no se resolvió cuando se retomarán las revisiones de cuenta previstas en el artículo IV del estatuto del FMI.

Esas auditorías vienen asociadas a un programa con el Fondo y el formato del acuerdo todavía está en discusión. Fernández y Guzmán apuntan a aplazar los plazos de pago -los vencimientos fuertes con el fondo llegan a partir de 2021- por al menos dos años, pero sin comprometerse a un plan de reformas estructurales. Según las normas del organismo, eso podría dar lugar a un nuevo acuerdo Stand By, de más corto plazo y de estabilización macroeconómica.

El Ejecutivo no quiere llegar a un programa de facilidades extendidas (Extended Fund Facility) porque, pese a que puede prorrogar los pagos por hasta diez años, viene atado a una serie de reformas estructurales. Pero para el FMI, el ajuste tiene que ser viable a nivel económico pero también político. En ese sentido, la derrota de Mauricio Macri en las elecciones es una de las explicaciones que se manejan en Washington para mostrar la inviabilidad política: la mayoría de los votantes decidió no acompañar esas políticas y eligió un modelo menos austero.


PV / DS