El Fondo Monetario Internacional ratificó la proyección de caída de casi el 6% para la economía argentina este año y evitó definiciones sobre si habrá una línea de asistencia del organismo para el gobierno de Alberto Fernández.
En una conferencia de prensa abreviada por las fallas técnicas del audio, el director para el Hemisferio Occidental del Fondo, Alejandro Werner, agregó además el siguen la agenda de deuda definida por Martín Guzmán y que tuvo el visto bueno del equipo especializado en la Argentina. "Estamos atentos a esa agenda", aseguró el economista mexicano.
Werner recordó que el equipo encabezado por Luis Cubeddu y Julie Kozack que visitó Buenos Aires a principios de marzo, antes de que se cancelaran los viajes por el coronavirus, elaboró un informe donde, en línea con el Gobierno, señalaron que la deuda argentina no es sustentable.
En cuanto a la respuesta del Gobierno de Fernández frente al coronavirus, el economista consideró que el país tomó "medidas importantes en salud pública y dentro de los márgenes limitados de maniobra" que tiene la Argentina.
Pesimismo en el mercado ante la presentación del plan de la deuda
"Los paises tienen que hacer espacio fiscal, reorganizar los gastos no esenciales", remarcó en general y consideró que no hay un dilema entre salvar vidas y la economía.
Consultado sobre si habrá asistencia para la Argentina, Werner evitó la respuesta. En cambio, señaló que de los países que pidieron ayuda al Fondo, 16 son latinoamericanos. Las perspectivas del organismo para la región, más allá de que prevé un rebote el año próximo, marcan que "entre 2015 y 2025 estamos frente a otra década perdida para la región". La actividad económica en toda América Latina, cuyo crecimiento se enfila hacia una contracción de 5,2 por ciento en 2020.
Argentina está actuando de buena fe con los bonistas
En negro. La informalidad es uno de los obstáculos de la región para poder dar respuesta frente al Covid-19. "Es posible que los gobiernos no puedan llegar a los hogares vulnerables mediante transferencias tradicionales en lugares que carecen de sistemas amplios de asistencia social y donde predomina la informalidad. Además, es más complicado hacer llegar la asistencia a las empresas más pequeñas y las del sector informal. Los países deberían usar todos los registros disponibles y métodos posibles para llegar a las empresas más pequeñas y los trabajadores informales", remarcó Werner en su blog.
