La titular del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva inauguró en la mañana de este jueves 6 de abril las "Spring Meetings", más conocidas en esta parte del globo como Reuniones de Primavera del organismo multilateral de crédito y del Grupo Banco Mundial que tendrán lugar entre el 10 y el 16 de abril. El gran tema en escena fue el futuro: de acuerdo a los pronósticos del organismo, el crecimiento global seguirá estancando en un 3% por los próximos 5 años, muy por debajo del promedio del 3,8 % de las últimas dos décadas.
"Esto hará más complicado reducir la pobreza, curar la economía de las heridas de la crisis y proveer de nuevas y mejores oportunidades para todos", dijo Georgieva en un discurso en Washington en las vísperas de las reuniones de primavera del Fondo, que se celebrarán la semana entrante.
Luego de hacer un repaso de lo que fue la fuerte recuperación en 2021, la Directora del FMI mencionó el duro golpe de la guerra de Rusia en Ucrania y sus amplias consecuencias: el crecimiento mundial en 2022 se redujo casi a la mitad, del 6,1% al 3,4%.
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"La desaceleración ha continuado este año. Pese a la sorprendente resiliencia de los mercados laborales y del gasto de los hogares en la mayoría de las economías avanzadas, y al impulso de la reapertura de China, prevemos que la economía mundial crecerá por debajo del 3% en 2023", indicó la titular del organismo.
Además, indicó que "se vislumbra un cierto impulso en las economías emergentes, en especial de Asia". "Se prevé que India y China representen la mitad del crecimiento mundial en 2023", agregó.
Sin embargo remarcó que otros "tienen por delante una subida más empinada". "La actividad económica se está desacelerando en Estados Unidos y la zona del euro, donde las tasas más altas de interés repercuten en la demanda. Las proyecciones indican que este año la tasa de crecimiento disminuirá en aproximadamente el 90% de las economías avanzadas".
Por otra parte, adelantó que en los países de ingreso bajo, el aumento del costo de endeudamiento coincide con una disminución en la demanda de sus exportaciones.
Otra mala noticia: el hambre sigue en aumento
Georgieva afirmó que sigue adelante una peligrosa tendencia que se inició con la crisis del COVID: "La pobreza y el hambre podrían seguir aumentando", dijo.
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"Con el aumento de las tensiones geopolíticas y los altos niveles de inflación, sigue siendo difícil lograr una recuperación sólida, algo que perjudica las perspectivas de todos, en especial de las personas y los países más vulnerables".
Prioridades de acción
Al analizar qué haría falta para mejorar las perspectivas de crecimiento a corto y mediano plazo, identificó tres grandes escollos a sortear. El primero: luchar contra la inflación y salvaguardar la estabilidad financiera.
"Aunque los bancos centrales han subido las tasas de interés con la mayor celeridad y sincronización vistas en décadas, la inflación subyacente se ha mantenido en niveles persistentemente elevados", dijo y recordó que la lucha contra la inflación se ha tornado más compleja, "debido a las recientes tensiones en el sector bancario de Estados Unidos y Suiza, lo cual nos recuerda cuán difícil es pasar con rapidez de un período prolongado de tasas de interés bajas y abundante liquidez a otro con tasas mucho más elevadas y menor liquidez".
Para Georgieva la situación ha puesto de relieve deficiencias en la gestión del riesgo en algunos bancos y lagunas en la supervisión, pero también ha mostrado los considerables avances del sector bancario desde la crisis financiera mundial de 2008.
"Hoy en día, los bancos son, en general, más fuertes y resilientes, y las autoridades han actuado de manera sumamente rápida y amplia en las últimas semanas. No obstante, todavía preocupan las vulnerabilidades que podrían estar ocultas, no solo en los bancos sino en las instituciones financieras no bancarias; no es el momento de cruzarnos de brazos", mencionó.
Y recordó que, en la medida en que las presiones financieras sigan siendo limitadas, "esperamos que los bancos centrales mantengan el rumbo en la lucha contra la inflación, con una política restrictiva que evite el desanclaje de las expectativas de inflación".
A la vez, pidió que hagan frente a los riesgos de estabilidad financiera, cuando surjan, mediante la inyección adecuada de liquidez. "La clave es vigilar cuidadosamente los riesgos bancarios y del sector financiero no bancario, así como las deficiencias de otros sectores como el inmobiliario comercial", pidió..
Desde el punto de vista fiscal, pidió esforzarse por reducir los déficits presupuestarios para apoyar la lucha contra la inflación y crear un margen de maniobra fiscal que permita hacer frente a futuras crisis. "Pero estos esfuerzos deben ir acompañados de ayuda a los más vulnerables, en especial los más afectados por la crisis del costo de vida", argumentó.
Promover la solidaridad para reducir las disparidades en todo el mundo.
La directora del Fondo recordó los aportes del organismo para sobrellevar la crisis del COVID y precisó que realizaron una asignación histórica de derechos especiales de giro (DEG) de USD 650.000 millones para aumentar las reservas de los países miembros
Sin embargo, aseguró que los miembros más débiles necesitarán del apoyo adicional de los países más ricos.
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Empecemos por la deuda. "Alrededor de un 15% de los países de ingreso bajo ya se encuentra en una situación crítica por sobreendeudamiento, y un 45% se enfrenta a una elevada vulnerabilidad derivada de la deuda. Además, aproximadamente una cuarta parte de las economías emergentes corre riesgo de sobreendeudamiento con probabilidades de caer en incumplimiento.
La situación, según Georgieva, ha aumentado la preocupación por una posible ola de solicitudes de reestructuración de la deuda, y por cómo gestionarlas en un momento en el que los casos de reestructuración se enfrentan a costosos retrasos, Zambia es el ejemplo más reciente de ello.
"Pedimos urgentemente a nuestros miembros más ricos que ayuden a solventar las deficiencias de recursos de nuestro Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza".
Y concluyó: "Ahora es más importante que nunca intensificar la cooperación (fortalecer las cuerdas que nos unen) en este asunto y en los distintos desafíos económicos a los que nos enfrentamos. Solo de esa manera podremos coronar juntos estas colinas".
LR