El roll-over, ese término del mercado financiero que Cristina Fernández supo incorporar en sus discursos para hablar del estiramiento de plazos de vencimientos de deuda y la bicicleta financiera de pagar deuda con deuda, lejos de ser cosa del pasado forma parte del día a día del Tesoro, aunque sí, a un precio más barato.
El financiamiento intra sector público generó una fuerte cesión de recursos del Tesoro al Estado que se llegan a calcular en deudas por más de US$ 50 mil millones. Pero la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central permitió estirar los plazos para financiar al Tesoro con sus ganancias y tenencias. Pero para el mercado la asistencia habría quedado chica.
“El crédito al Tesoro creció un 126% interanual entre enero y septiembre de este año”, señala un análisis de la consultora del ex secretario de Industria, Dante Sica. De acuerdo con este estudio, el crédito al Gobierno del Banco Central crece más del doble que la base monetaria mientras que cae el financiamiento al sector privado. Así, los pesos se redirigen a los compromisos del Estado y compiten con las necesidades privadas y con la demanda de inversión que el mismo Gobierno hace a los empresarios.
Los repagos del Tesoro al Central, en tanto, dejaron atrás su caracter de “transitorio”. Según los límites vigentes, el Gobierno debería devolverle al Central unos $ 100 mil en anticipos.
Por eso algunos economistas estiman que es “probable que el Gobierno impulse una nueva reforma de la Carta Orgánica”, según señalaron los analistas Agustín Monteverde y Pablo Souto.
En tanto, el Gobierno apunta a reflotar un esquema de “reordenamiento” de los subsidios para achicar la base del gasto. Sin llamarlo ajuste, en el Palacio de Hacienda hablan de una mejora de la eficiencia del gasto, un punto en el que también coincide la oposición, que demanda una reorientación para que llegue a los sectores que necesitan subsidios.
En ese contexto, en el programa financiero de 2014 se dará un fuerte aumento de las necesidades de financiamiento en pesos del gobierno nacional, que pasarán de $ 209 mil millones a $ 337 mil millones, lo que implica un aumento de 61%, según detalla un informe del estudio financiero C&T.
“Por el contrario, las necesidades de financiamiento en moneda extranjera se verían reducidas de unos US$ 12 mil millones a US$ 10 mil millones”, agregó el informe. Los recursos para esos dólares, en tanto, están contemplados en el Fondo de Desendeudamiento del Presupuesto.
La demanda de divisas para pagar deuda compite con la creciente necesidad de importar energía mientras que las exportaciones vienen a la baja y generan incertidumbre por la balanza comercial.
Swap con Brasil
Para fortalecer las reservas del Banco Central, el ministro de Economía Hernán Lorenzino podría viajar a Brasil después de las elecciones para renegociar y activar el acuerdo de “swap”, una compensación de reservas monetarias.
“Hay dos acuerdos que se firmaron en 2006, uno fue con China y otro con Brasil. Con China ya hubo conversaciones y con Brasil estamos en eso”, afirmó un asesor del Banco Central.
Esos acuerdos permitirían compensar las reservas de la Argentina por US$ 10 mil millones, lo que se suma al acuerdo alcanzado la semana con el Banco Mundial que traería fondos frescos por US$ 3 mil millones.