En el mes de junio el gobierno tiene por delante varios desafíos, daría la impresión que el más importante es el de bajar la inflación, algo difícil si tenemos en cuenta que la inflación de mayo podría ubicarse en torno del 6,0% y para junio habría aumentos en electricidad, gas y combustibles.
Con un aumento del 6,0% de inflación en mayo, la inflación anualizada se ubicaría en el 62,1%, por ende, la tasa de política monetaria debería ubicarse en torno del 50% o 51,0% anual. En este escenario el tipo de cambio debería subir a un ritmo del 4,2% mensual, para igualar a la tasa efectiva de la tasa de interés.
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La suba de la tasa de interés podría traer como correlato un cambio en los niveles de tasas de financiamiento a las pymes y tarjetas de crédito, por ende, es un buen momento para adelantar las compras que deseabas realizar, ya sea a título personal o en las empresas.
Los vencimientos de deuda interna no son muy importantes y creemos que se podrán sortear sin mayores inconvenientes, por lo tanto, no parece difícil que el gobierno pueda volver a realizar un colchón de pesos para financiar el déficit fiscal del mes de junio.
Un punto interesante a desarrollar es la buena performance de la actividad industrial liderada por los bienes de capital y bienes de consumo durables. Las metalmecánicas, con especial foco en las maquinarias agrícolas, están desarrollando una mejora en la producción muy importante, lo único que puede detener su crecimiento es la necesidad de piezas importadas, lo mismo sucede con el sector automotriz, en un momento que los dólares limitan el ingreso de autopartes.
Con menor desarrollo vemos la evolución de los bienes intermedios y bienes de consumo no durables, en este caso los alimentos no logran un avance importante.
Daría la impresión que la industria está creciendo gracias a la actividad del campo que está teniendo un buen margen de rentabilidad y compra bienes de capital, y la industria automotriz que tiene un buen mercado de la exportación y excelente demanda en el mercado interno.
Otro sector que está creciendo es el de minerales no metálicos, en donde encontramos muchos insumos de la construcción. En los últimos meses vemos que el sector está creciendo, ya sea por la inversión en obra pública, como también el empuje de los emprendimientos privados, en donde los inversores compran como resguardo de valor.
Qué se puede esperar para el segundo semestre
En el primer semestre del año el gobierno se vio favorecido por la mayor recaudación tributaria, el pago estacional de ganancias y bienes personales ayuda muchísimo. También el ingreso de la cosecha que deja un abultado ingreso de retenciones. Por su parte, también se logró un caudal importante de dólares que ayuda a las arcas del Banco Central.
En el segundo semestre no tendremos los anabólicos de mayor ingreso de impuestos, como tampoco el ingreso de dólares de la cosecha, y allí todo se pondrá cuesta arriba.
En la actualidad el stock de reservas medido versus los pasivos monetarios nos deja un dólar de equilibrio en torno de $ 230, un precio muy lejano de los $ 210 actuales que cotizan los dólares alternativos. El dólar está a buen precio.
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Como dato a tener en cuenta, tenemos muchas inversiones que ingresarán desde julio en adelante, como ser los dólares chinos para la construcción de dos represas muy importantes, un nuevo régimen de inversión en petróleo y gas, y la inversión del gasoducto Néstor Kirchner.
Resulta muy llamativo que con exportaciones que podrían ubicarse en torno de los U$S 86.000 millones e importaciones por U$S 76.000 millones, el país no esté creciendo a una tasa superior. Hay que destacar que Argentina cerró un beneficioso acuerdo con los acreedores privados y un acuerdo muy aceptable con el FMI que posterga pagos de deuda a futuro, generando una concentración importante a partir del año 2028 en adelante.
Por qué complica el panorama la dualidad de pensamiento en la coalición gobernante
Argentina tiene por delante un escenario económico mundial que la puede favorecer, ya que tenemos una economía muy ligada a la producción primaria, con precios a la suba y favorables condiciones para colocar estos productos.
La dualidad de pensamiento en la coalición gobernante hace que el presupuesto público no sea bien gestionado y que tengamos un gran déficit, financiado mayoritariamente con emisión monetaria.
El gobierno no logra seducir a los capitales para financiar el déficit fiscal, ni tampoco logra que lleguen inversiones importantes para consolidar una tasa de crecimiento del 4% anual. Esto se ve reflejado en el escaso stock de dólares que tenemos en las reservas y el gran pasivo monetario que tiene el Banco Central.
Los argentinos están paralizados a 564 días del cambio de gobierno, sin señales claras de cómo evolucionará la coyuntura económica y política. Si se despejara el escenario político y tuviéramos certidumbre económica, no caben dudas que Argentina estaría creciendo a tasas muy elevadas.
Estamos dejando correr otra gran oportunidad, con precios récord de materias primas, altas exportaciones y una industria en expansión, pero con un mercado interno muy débil, salarios bajos y alta pobreza. Falta confianza y gestión, dos elementos esenciales para que una economía crezca.
* SDS, Asesor económico y consultor de empresas.