Alimentos, servicios de salud y medicamentos aumentaron por encima del índice general de precios de diciembre, que según los últimos datos del Indec fue del 25,5%. La cifra, cercana a la que habían anticipado las consultoras privadas, podría ser similar a la inflación de enero a marzo de este año.
“Estimamos que la inflación de enero va a estar cerca del 20%, o un poco más, lo que es un número bastante parecido a lo que nos dio en diciembre, que fue de 23,4%”, afirmó a PERFIL Camilo Tiscornia, de la consultora C&T Asesores Económicos.
En el último mes de 2023 los productos que más subieron fueron bienes y servicios (32,7%), salud (32,6%), transporte (31,7%) y alimentos y bebidas (29,7%).
En enero, si bien la cifra que se espera en términos generales es la misma, podría cambiar la composición de los aumentos. “En diciembre el factor que explicó la inflación fue el ajuste de muchos precios al nuevo tipo de cambio que puso el Gobierno: alimentos, bebidas, productos de limpieza, herramientas y medicamentos, pero no así los servicios públicos”, explicó el economista. “En enero, cuando uno analiza lo que está pasando, muchos de los rubros que habían aumentado en diciembre ahora no están aumentando tanto”.
La inflación de enero estará impulsada por los aumentos en colectivos (50%), prepagas (40%) y turismo. “Si bien este último había empezado a aumentar en diciembre, el pico lo tiene en enero, que es cuando son las vacaciones de verano”. Por otro lado, el efecto de “arrastre” de la inflación de diciembre también se sentirá en enero, teniendo en cuenta que la devaluación ocurrió durante la segunda quincena de ese mes, concluyó Tiscornia.
Para la consultora Ecolatina, los dos dígitos cercanos al 20% se van a mantener durante los tres primeros meses del año. El economista Santiago Manoukian explicó a este medio que “la aceleración inflacionaria se va a mantener por dos factores: el desarme de los acuerdos de precios vigentes con el Gobierno anterior y el ajuste de precios relativos dentro del cual está el salto del tipo del cambio, pero también el ajuste de precios que estaban rezagados como las prepagas, combustibles y telecomunicaciones”. Para adelante, agregó, se sentirá el impacto del aumento en las tarifas de servicios públicos como luz, gas, agua y transporte, que mantendrán la inflación elevada.
Esta fase de corrección de precios relativos, sostuvo el economista, es lo que el Gobierno “va a intentar concentrar al inicio de su mandato, que es cuando mayor apoyo social puede tener para poder llevarla adelante”.
Sobre lo que puede pasar después del primer trimestre, la situación dependerá de la evolución de varios factores. “La recesión económica, la apertura comercial y la amenaza del desempleo van a contribuir a moderar las presiones inflacionarias y las demandas salariales, porque creemos que el salario va a ser un ancla para la inflación”.
Por otro lado, aseguró Manoukian, “la corrección de los desequilibrios macroeconómicos que implica volver a acumular reservas internacionales, reducir el exceso de pesos en la economía y la corrección de precios relativos, hacen que haya menos presión por el aumento de precios de algunos sectores económicos en particular”.
En el medio de esta estrategia existen varios riesgos, concluyó el economista. “Dependerá en parte de la magnitud de la recesión y de si los salarios se indexan fuertemente a la inflación”, pero también la gobernabilidad se presenta como un desafío: “Mantener el apoyo social, lograr acuerdos en el Congreso y el rol de la Justicia que puede frenar algunas medidas son factores que pueden socavar la confianza y la credibilidad que el Gobierno precisa”.
Antes de conocerse los datos oficiales, según los cuales 2023 registró una inflación interanual de 211,4%, el presidente Javier Milei aseguró que, si el dato de diciembre era cercano al 25%, “el éxito sería tremendo”. En declaraciones anteriores había expresado que las proyecciones para ese mes eran cercanas al 45%.
Sin embargo, las consultoras estimaban otro panorama. Incluso a mediados de diciembre, después de una devaluación mayor a la que esperaban, los estudios privados calculaban un 20%, una cifra que también proyectaban se iba a repetir en enero, y una estimación que se mantiene un mes después.
La suba del índice de enero estará impulsada por el transporte, prepagas y turismo
“Esta agresividad que está mostrando el Gobierno de sobreactuar los ajustes y las subas para ganar credibilidad tiene un impacto en una mayor inflación”, afirmaba en ese momento a este medio Manoukian.
Lo cierto es que un rubro tan sensible como el de los alimentos volvió a estar por encima del índice general en diciembre, lo que redundó en una caída de las ventas superior al 19%, estimaron desde la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa.
Este mes la situación podría cambiar. “Nosotros pensábamos que la caída de ventas en enero iba a ser de casi un 50% teniendo en cuenta que mucha gente se toma unos días de descanso”, comentó a PERFIL Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de Buenos Aires.
“Lo que vimos, en cambio, es que la caída de ventas puede estar entre un 15% y 20%, porque mucha gente resolvió no irse de vacaciones”, agregó. “Eso hace que sigan consumiendo, lo mínimo indispensable, pero siguen viniendo al comercio de proximidad”.
