El año que viene General Motors prevé hacer la mayor parte del desembolso de una inversión millonaria en su planta de Alvear, por US$ 300 millones (más otros US$ 200 que invertirían los proveedores). Será para fabricar un nuevo modelo, del segmento SUV, que se sumará al actual Cruze.
El presidente de GM para la región Sudamérica, Carlos Zarlenga, reconoció que esperan definiciones claves para saber cómo reaccionará la economía bajo la futura administración de Alberto Fernández, y especialmente cómo será la relación con Brasil.
En ese sentido, se muestra confiado en que no habrá cambios abruptos que afecten las actuales condiciones dentro del Mercosur. A nivel general, la economía tendería a “mantener el superávit de balanza comercial actual, antes que entrar en una situación de déficit, porque por el momento no hay una demanda interna que impulse las importaciones”, consideró.
Zarlenga estimó que el sector automotor podría repetir en 2020 el volumen de este año, que cerrará con aproximadamente 450 mil unidades patentadas. Sin embargo, eso estará condicionado por la inflación y el tipo de cambio, consideró: “Hoy hay un esquema de control, pero esperamos a ver cuál será el que se adopte a partir del año que viene”.
“Si hay algo que puede hacer que la industria (automotriz) sea diferente es el diferencial entre el tipo de cambio dentro del sistema de control y fuera de él. Yo creo que esta es la única variable que podría hablar de crecimiento el próximo año”, explicó.
Consultado respecto de los planes de inversión de GM en el país, confirmó que sigue con el cronograma estipulado y descartó que haya condicionantes por la coyuntura que vive el mercado argentino. Se trata de “un plan de inversión muy importante en América del Sur y obviamente que la volatilidad no es buena para nuestra industria. Pero hasta ahora nuestro plan es seguir adelante con la inversión”, asegura.
Ahora bien, “si las condiciones de juego cambian radicalmente, todo se puede repensar”, reconoció. Aunque rápidamente volvió a subrayar que “la expectativa es hacer la inversión el año que viene. Yo no tengo un escenario de que eso vaya a cambiar”.
En un análisis más estructural, considera que “la viabilidad de la industria en Argentina va a depender mucho del Mercosur y de las reformas que hagamos hacia delante. Lo mismo pasa cuando se analiza la viabilidad de la industria automotriz en Brasil: “Los problemas que tienen ambos países son iguales, para abrirse a otros mercados tienen que generar competitividad”.
Exportaciones. Zarlenga reconoció que los saltos devaluatorios afectaron la rentabilidad del modelo que actualmente fabrica Chevrolet en su planta de Alvear (Santa Fe), que es el mediano Cruze. “Es un auto que tiene un alto componente importado en valor”, explica, aunque esperan mejorar el resultado con la exportación a mercados como Colombia y Chile.
“El foco de la producción del Cruze fue siempre Argentina y Brasil, pero ahora estamos pensando América del Sur en forma diferente”, continúa.
“Estamos unificando el portfolio ya que tenemos mucho overlap de productos diferentes cubriendo la misma necesidad en países distintos”.
