La visita de Jack Ma, chino, de 52 años y fundador hace 18 años de la corporación de comercio electrónico Alibaba dejó un surco.
El Gobierno lo trató como un jefe de Estado y con entusiasmo anunció un acuerdo para que las Pymes argentinas vendan através de sus plataformas productos regionales en el gigante asiático. Se quedó gente afuera en el Centro Cultural de la Ciencia en Palermo, cuando disertó sobre cómo ser un emprendedor que aprende de sus fracasos y sobre el futuro de la tecnología. Lo presentó Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología que se quedó del gobierno de Cristina Kirchner, el mismo que le había puesto topes a las compras por internet, muchas hechas por el portal Aliexpress, de Alibaba.
Sin embargo, una frase de Ma sintetiza también el choque de culturas que hay entre el Gobierno y la industria que pide protección ante la competencia externa: “Las Pymes se tienen que animar a competir globalmente”, dijo el hombre que creó un imperio que por valor bursátil cuesta unos US$ 300 mil millones, medio PBI de la Argentina. Es que por ahora, Alibaba y sus portales de comercio electrónico son más una vía de entrada de productos de bajo costo hechos en China que compiten como importación no tradicional de la mano de los envíos puerta a puerta.
Seguramente una tendencia global inevitable que desafía al sector productivo argentino y obliga a la Casa Rosada a revelar qué tan rápido quiere ir en la inserción internacional: en un año, Alibaba vendió en todo el mundo 170 millones de remeras de Lionel Messi.n