ECONOMIA
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Los 3 escenarios político-económicos posibles después del 14 de noviembre

Qué implicancias tiene cada escenario teniendo en cuenta la alta volatilidad política que se vivirá en el país dependiendo de los resultados.

Alberto Fernández
El presidente Alberto Fernández en su despacho de Casa Rosada, firmando documentos desde su escritorio | NA

Luego del contundente resultado de las Primarias de septiembre, tratamos de imaginarnos y entender la dinámica política y económica para los próximos meses. El resultado de las Primarias generó un impacto en la coalición gobernante con cambios en su Gabinete, pero también con una lectura política que genera mucha incertidumbre.

La frase “es un mensaje de la gente”, y el correlato “deberíamos haber gastado más” con la consecuente catarata de anuncios, suena en el aire y jaquea la leve estabilidad que vimos durante la primera parte del 2021. Pareciera que, si la Elección General de Noviembre ratifica los resultados, aun con alguna mejora del oficialismo, entraríamos nuevamente en un ciclo de alta volatilidad política como vimos los días posteriores a las PASO.

La debilidad de las variables macroeconómicas (niveles de reservas, monetización de la economía y gasto creciente entre otras) se continúa acentuando y parece difícil salir de este atolladero sin un plan de estabilización y crecimiento. Por ende, y pensando en el corto plazo, imaginamos 3 escenarios:

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1) Radicalización: No acuerdo con FMI e incremento de la expansión fiscal y monetaria, con rupturas mayores en la coalición de gobierno llevando a un vacío de poder e incremento de la tensión social.

2) Continuidad: Descompresión por una mejora en la elección. El Gobierno podría jugar al principio a una vuelta de "algo" de moderación, apuntando a un acuerdo rápido con FMI, acompañado de viento de cola global para comenzar a hacer algo del trabajo sucio aunque sin recomposición de reservas y brecha aparece con poco vuelo

3) Búsqueda de acuerdos: Una derrota aún más contundente podría incentivar un escenario de radicalización o uno de acuerdos (podríamos incluso testear ambos, o primero uno y luego otro). Aunque al final terminaríamos con la necesidad de generar acuerdos económicos y más que nada políticos, para atravesar esta transición con una salida no caótica como en el escenario 1.

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Las implicancias de cada escenario son diferentes.

Bajo un escenario más radicalizado podríamos desencadenar un evento aún más inflacionario con afectación de pasivos remunerados y deuda en moneda local, brecha descontrolada y corrección de activos. Pareciera ser un escenario que no le conviene a nadie y tiene poca probabilidad de ocurrencia, pero no podemos descartarlo del análisis. Lo positivo es que este escenario luego mutaría a uno más parecido al 3 buscando acuerdos políticos y económicos.

Quizá el gobierno pueda apostar por un escenario de continuidad si mejora en la elección y tiene un fuerte viento de cola global, situación que parece de baja probabilidad, no sólo por las inconsistencias macro que requieren un ajuste más urgente, sino por un escenario global más desafiante. Creemos que el escenario de búsqueda de acuerdos sería el más probable e incluso el más favorable. Sin embargo, posiblemente el gobierno busque transitar alguno de los dos primeros, generando costos en el camino.

Creemos que independientemente del camino a tomar, la realidad de las variables termina imponiéndose, y por ende indistintamente del color político deberemos implementar un plan de estabilización. Lamentablemente, no hay soluciones sin costos por ende será desafiante para los líderes políticos tener la entereza de enfrentarlo y pensar quizá por algún momento en dejar un país mejor para las generaciones futuras. Sin reformas y compromiso de todos los actores es imposible volver a la senda del crecimiento.

*Chief Investment Officer de Compass Group Argentina