ECONOMIA
MONEDAS

Los países que recurrieron a dolarizar, el bimonetarismo o la moneda digital

En las elecciones 2023, el debate sobre qué hacer para recuperar el poder adquisitivo y de compra de la moneda se convirtió en uno de los ejes centrales. PERFIL consultó a especialistas de todas las orientaciones, que explicaron qué significa cada opción y cómo funcionaron esos modelos en países que los llevaron a la práctica, como Ecuador, El Salvador, China, Venezuela y Hong Kong. Ventajas y desventajas, aunque todos advierten que lo importante estabilizar.

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Trío. Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa van a las urnas con diferentes propuestas monetarias. | cedoc

En los días previos a las elecciones, los candidatos plantearon alternativas como la dolarización, el bimonetarismo y una moneda digital. Economistas y especialistas en geopolítica consultados por PERFIL analizaron estas propuestas y cómo funcionaron estos sistemas en otros países del mundo, aunque advirtieron que lo primero que hay que hacer es un plan de estabilización.

En cuanto a la dolarización, “los modelos más conocidos en América Latina son Panamá, Ecuador y El Salvador. Ecuador es un caso de dolarización y Panamá y El Salvador son casos más bien híbridos de bimonetarismo”, explicó a PERFIL Julio Burdman, profesor de Geopolítica de la UBA. “En el caso panameño, en realidad están las dos monedas de curso legal, pero el dólar absorbió al balboa, que emite solamente monedas para el cambio chico”.

En cambio, continuó, “la dolarización de Ecuador fue con la supresión de la moneda local, mientras El Salvador está en una situación de competencia de monedas porque tienen el dólar como moneda, el bitcoin como moneda y la moneda local sigue circulando”, sostuvo.

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“La dolarización es una propuesta que busca ser una forma de parar lo más peligroso que tenemos que es la inflación, que destruye el salario real, especialmente de los trabajadores informales”, explicó a este medio el economista Orlando Ferreres. Pero, opinó, “es muy difícil de implementar porque no hay dólares suficientes”. Primero “hay que arreglar todos los precios relativos, que están muy distorsionados”.

Además del impedimento económico para su aplicación, Burdman advirtió que existen otros condicionamientos. “Mi gran pregunta en torno a la dolarización es política: en qué medida Argentina tiene las condiciones para atravesar una dolarización. En primer lugar, si estamos en la situación política de los tres países mencionados y si tenemos el nivel de consenso político que tuvo, por ejemplo, el pasaje al euro en la Unión Europea, donde había aparte una geopolítica, porque una de las razones para tener el euro era competir con el dólar y no renunciar a la moneda por un diagnóstico de imposibilidad de tener una propia”.

En el resto de las economías, “todos fueron casos de un cambio monetario en un contexto políticamente muy turbulento. Lo que no encuentro son casos de pasaje pacífico a la dolarización”, detalló.

Para el economista Diego Martínez Burzaco, “antes de hablar de un esquema cambiario en particular y qué es más beneficioso, no se puede abordar esto sin un plan integral de estabilización de la macroeconomía”. Una vez solucionado este tema, “creo que entre dolarización y bimonetarismo estoy en el segundo lugar, porque te permite tener cierta flexibilidad ante shocks externos”, agregó.

En cambio, el bimonetarismo “trata de aprovechar que muchos bienes ya están en dólares (departamentos, autos, artefactos) y que todo pueda ser implementado en otras monedas como en Uruguay o Perú”, explicó Ferreres.

Para Burdman, este sistema “termina creando un país con múltiples realidades, e incluso áreas geográficas diferenciadas donde rigen las monedas locales y el dólar, con realidades sociales y económicas muy distintas”. Puso como ejemplo casos como el de Venezuela, donde “está dolarizada el área más petrolera de la sociedad, donde vive la gente que vive bien”.

Por otro lado, también hay ejemplos de bimonetarismo como proceso de transición. “Pienso en Hong Kong y en los países europeos a fines de los 90, principios de los 2000, cuando estaban en este régimen de transición hacia el euro. Ahora, un bimonetarismo permanente en un país mediano como Argentina, no sé si vamos a encontrar un caso así”, finalizó Burdman.

Burzaco señaló que la discusión entre dolarización o bimonetarismo no es la cuestión de fondo. “Acá lo que se tiene que garantizar es un plan institucional de seguridad jurídica de que efectivamente el Banco Central tiene que ser independiente, mecanismos que sean sostenibles en el tiempo, que es algo en lo que Argentina falló sistemáticamente, y creo que eso lleva tiempo”. En este sentido “no hay atajo posible”, concluyó.

Respecto a la moneda digital, “hay varios ejemplos pero el más importante es el chino. Porque en China el yuan es casi todo digital”, comentó Burdman. Sin embargo, esta moneda no puede entenderse sin las particularidades del sistema chino, que tiene una fuerte regulación impuesta por el Estado. “Desde el punto de vista occidental, sería muy exigente el sistema chino porque, por ejemplo, ellos cuentan con un sistema de crédito que está muy atado al cumplimiento de todas las obligaciones. Si no, el sistema te sanciona y entrás en una suerte de Veraz muy duro”.

Para Ferreres, una moneda digital es difícil de implementar. “Creo que si el Gobierno tiene un plan concreto de bajar el gasto público y ajustar el aspecto monetario conjuntamente, no hace falta ninguna medida sobre la moneda, pues al no tener inflación no harían falta”, sintetizó.