ECONOMIA
Expectativas para este año

Para el 82% de los CEO’s argentinos, la economía global mejorará en 2022

Esto marca la última encuesta de PwC, aunque también muestra una cautela general frente al crecimiento del país este año (46%). Especialistas estiman una suba del PIB del 3 o 4 por ciento.

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Para 2022, un 77% de los CEOs espera en crecimiento positivo de la economía global. | shutterstock

El 82% de los CEO’s de Argentina consideró que en 2022 la economía global “mejorará” en su crecimiento. A su vez, un 46% de los consultados es optimista a que este progreso pueda replicarse en el país y señalaron que los mayores desafíos son los problemas relacionados con la volatilidad macroeconómica (el PIB, desempleo e inflación), la inequidad social, los riesgos de la salud frente a un contexto pandémico y los riesgos cibernéticos.

Así surge de la 25° Anual Global de CEOs de PwC, realizada a directores ejecutivos de 89 países y territorios entre octubre y noviembre de 2021. Los resultados mostraron además una tendencia de crecimiento que se replica en Latinoamérica con un 81% (con Uruguay con las perspectivas más altas -95%-) y un 77% de la totalidad de los CEOs encuestados cree en crecimiento positivo de la economía global, alcanzando su máximo en 10 años.

Santiago Mignone, socio a cargo de PwC Argentina, explicó que “la expectativa de los CEOs a nivel mundial está basada en el regreso a una mayor normalidad a partir del segundo semestre de este año

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La visión de la Argentina sobre la economía mundial, en línea con la mirada global

“Estaría evidenciando una recuperación en los sectores económicos afectados por la pandemia, pero también una vuelta al consumo, que se había resentido durante los meses en el que el impacto de la pandemia se hizo más evidente”, sostuvo Mignone.

Según el sondeo, “los CEOs argentinos consideran que la volatilidad macroeconómica afectaría la atracción y retención del talento (60%), como así también la producción y venta de bienes y servicios (51% y 57%, respectivamente)”.

En ese sentido, la tendencia de los empresarios argentinos sobre el crecimiento del país este año (46%) se encuentra por debajo de la media regional (56%) y global (75%). Mismo ocurre con la mirada sobre un incremento de los ingresos de las organizaciones, con un 52% de encuestados argentinos que expresaron una confianza moderada a corto plazo. En comparación, la cifra queda atrás del 55% de los CEOs del mundo y de la región quienes se manifiestan confiados en un aumento.

Los problemas macroeconómicos, como la inflación, son los desafíos para los siguientes años.

“Esto tiene correlación con un mayor pesimismo producto de los desafíos económicos de coyuntura que deben ser resueltos, entre ellos la inflación, un sendero fiscal hacia el equilibrio y los acuerdos con el sector externo”, indicó el estudio.

En cambio, al ser consultados de cara a los próximos tres años, las opiniones mejoran: un 58% de los consultados se identificó confiado o extremadamente confiado, en línea con el 64% de sus pares de la región y el mundo.

“El empresario siempre espera superar las dificultades de la coyuntura para cosechar en los años subsiguientes y ello es lo que motoriza la inversión. Invierte no porque espera un beneficio en el corto plazo sino que, producto de su gestión y las condiciones de la economía y su contexto, supone que le reportará mayores beneficios como componente económico y en aspectos sociales, ambientales y de infraestructura”, agregó Mignone en este apartado.

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Crecimiento y desafíos: qué dicen los especialistas

Parte del recelo para este año radica en la inestabilidad económica, tras un 2021 donde además se registró una nueva caída real del salario.

El economista Ivan Carrino evalúa este punto a través del comparativo del IPC núcleo con los salarios durante el periodo diciembre 2019-diciembre 2021. El IPC núcleo, tal como explica, “mide el aumento de precios, pero excluyendo los precios regulados y los estacionales, que cambian mucho según la estación del año”.

A raíz de esto, en base a estimaciones de su consultora, en dos años el IPC núcleo aumentó 116% contra un 104% de incremento de los salarios. Bastante más abajo cierran los precios regulados, con solo un 58% de suba.

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“La diferencia es que los precios regulados están pasados por el Gobierno, entonces suben por debajo (muy por debajo) de la inflación general y de la núcleo”, detalla Carrino.

Tomás Álvarez Kuhnle, economista de Analytica Consultora, espera que para 2022 haya un empate del salario real con la inflación, aunque visualiza un “peor” panorama para los trabajadores informales a causa “de mecanismos institucionalizados de actualización”.

“La situación social de 40% de pobreza no parece permitir que el salario vuelva a oficiar de ancla para la inflación, pero a su vez proponer que el salario vaya a estar por encima es condicionar la nominalidad a una posible aceleración inflacionaria no deseada”, agrega.

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No obstante, aclara Kuhnle, adelanta que es “esperable” la recuperación del salario informal rumbo hacia una “dinámica que sea menos desfavorable”.

“La informalidad laboral está típicamente asociada a estructuras productivas pequeñas cuyos ingresos dependen mucho de la coyuntura. La mejor forma de sentar bases para que haya consumo en estos sectores y una salida de la informalidad para que la situación de trabajadores y trabajadoras aumente es la estabilidad macroeconómica”, dice el economista.

Los salarios siguen perdiendo frente a la inflación.

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En cuanto a los desafíos por delante, la estructura tributaria y sus gastos están en el centro de la escena. Leandro Ziccarelli, economista del Centro CEPA, señala que se debe trabajar sobre una estructura local “con más progresividad” y apuntando al cobro de impuestos que “empeora la distribución del ingreso, ya que se le cobra más en términos proporcionales a la gente más pobre”.

La clave para 2022 es básicamente el consumo porque es el pilar que te falta el día de hoy. Las exportaciones aprovecharon los precios internacionales, pero no creo que sea algo que esté para quedarse a nivel global. Con lo cual lo que te queda ahí es el consumo, que viene golpeado por las caídas de salario real en los últimos años. Entonces, la clave va a estar en recomponer el salario, empujar el consumo y que eso te traccione la economía”, sostuvo.

Otro punto importante, según el economista, pasa por evitar un desajuste en la macro y principalmente "que no genere tensiones en el sector externo, o sea, que no te falten dólares". 

"El gobierno puede incrementar el gasto e incentivar la demanda agregada para que la economía crezca un poco más rápido. Pero eso genera cierto desequilibrio fiscal y que en muchos casos hay que financiarlo con emisión. Cuando generas ese circuito vicioso, podes generar presión sobre el sector externo y que te empiecen a faltar dólares. Entonces, el desafío siempre es ese: buscar un nivel de crecimiento que no te dispare la restricción externa", explica.

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Victoria Giarrizzo, investigadora del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP-Baires), focaliza en “poner fuerzas” en dos metas: la primera, mejorar el ánimo de la gente a través de otorgar “certidumbre a las familias para que consuman y a las empresas para que continúen invirtiendo y sosteniendo el empleo”. Y segundo, un ascenso en las exportaciones.  

El mejor gasto tributario e inversión que puede hacer el Gobierno es que vender al mundo sea un proceso simple, sin trabas y con todos los beneficios posibles. Hablemos no solo de la exportación de bienes, sino también de servicios que pronto van a liderar el comercio mundial”, recomendó.

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En base a esto, especialistas evalúan un PIB en 2022 que rondará entre un 3 y 4 por ciento. Kuhnle afirmó que espera un crecimiento del 4%, “de los cuáles 3 puntos serán de arrastre y el resto algo de inversión y exportaciones”.

En tanto, Carrino es menos optimista y anticipa una suba en lo que resta del año no mayor al 3%.

“Con la economía creciendo sólo por arrastre no veo mucho motivo por el cual el salario vaya a ganar con fuerza a la inflación. El crecimiento probablemente ande por 2,5 o 3%, pero solo por un efecto estadístico de comparación de promedios. Punta a punta la economía no tiene perspectivas de crecimiento”, aseguró.

Para Ziccarelli, "sacando el rebote estadístico, este año no tenes un gran crecimiento" por lo que una estabilización del crecimiento en un 2,5% es "bastante positivo".

NM/FL