La actividad económica muestra algún signo de reactivación, pero varía ostensiblemente según quién lo mida.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec), el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró en junio crecimientos de 6,4% respecto al mismo mes del año pasado y 0,4% con relación a mayo. Pero, según el Indicador General de Actividad (IGA), que mide el estudio de Orlando Ferreres y Asociados, en julio la producción trepó 2,2% en 12 meses y tuvo una contracción de 0,1% en comparación con el mes previo.
De esta forma, para el Indec, en el primer semestre del año el PBI acumula un progreso de 5,1% en comparación con el mismo período de 2012. Los datos corresponden al EMAE, que el INDEC difunde todos los meses a modo de adelanto de la evolución del PBI que se divulga trimestralmente.
Para las consultoras privadas, la economía, creció entre 1,8 y 3,5%, con variaciones de acuerdo a la ponderación que cada estudio le asigne a los diferentes sectores.
Con la proyección oficial del primer semestre, la economía se encamina a superar el piso de 3,22% de crecimiento anual, lo que dispara el pago del cupón de PBI en 2014, que demandaría al menos US$ 2.500 millones.
En cambio, con los números que manejan las consultoras privadas, la Argentina podría eludir ese desembolso debido a que se espera una desaceleración del crecimiento para la segunda mitad del año. Según Ferreres y Asociados, por caso, ya de enero hasta julio la actividad económica creció al ritmo del 3%, un ritmo a la mitad de velocidad de lo que marcan las cuestionadas cifras oficiales.
Para el Indec, el crecimiento económico entre enero y junio se sustentó en una cosecha record de 105 millones de toneladas de granos, el avance de la industria por impulso del sector automotor, el repunte parcial de un sector de la construcción fogoneado por la obra pública y el mantenimiento del nivel de consumo, en lo que hay consenso con los privados.