Más allá del escándalo de la coimas de empresas de la obra pública a ex funcionarios kichneristas que tienen en vilo a los empresarios, los hombres de negocios tienen otros focos de preocupación como la escalada del dólar en una semana donde la divisa alcanzó un nuevo récord de $30,68, y se anunció que la inflación de julio fue de 3,1%; y la interanual se ubicó en 31,2% al borde del techo de 32% pautado con el FMI. Otro desvelo empresarial es la tasa de interés que esta semana se elevó de 40% a 45% y se mantendrá en ese nivel por los menos hasta octubre, lo que encarece el costo de financiamiento por lo que frena planes, y afecta la cadena de pagos. En ese marco, dicen los empresarios, es imposible que repunte la producción, que en junio se desplomó más de 8%.
Tasas. Se esperaba que a fines de agosto las tasas iniciaran un sendero descendente. Así lo preveían hace un par de semanas atrás, el ministro de Producción Dante Sica, y el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga. Otra vez sopa, una renovada corrida cambiaria lo frustró. Sica alegó al exponer en el Precoloquio de IDEA realizado en Rosario que la actual tasa “es de compromiso para poder frenar la crisis cambiaria”, pero espera que se pueda bajar hacia fin de año. En el marco del cónclave, el presidente de Shell, Teófilo Lacroze manifestó a PERFIL que “ya llevamos tres meses de tasas altas, tienen que bajar para que los negocios de Argentina sean sustentables, y si queremos pensar en una Argentina que va a crecer”.
El coordinador del Foro de Convergencia Empresarial, Miguel Blanco, afirmó que con estas tasas “no hay posibilidades de que la producción se reactive, las empresas tienen que trabajar con su capital, y esto afecta la cadena de pagos, y la inversión”. El presidente de IDEA y CEO de Ledesma, Javier Goñi, dijo que “el alza de tasa de interés hace que la inversión sea muy cuesta arriba”. Mariano Bosch, CEO de Adecoagro señaló que “como no tenemos deuda de corto plazo relevante, no nos afecta; tomamos un bono el año pasado por 500 millones de dólares y pagamos 6% anual”.
Costaría US$ 7 mil millones eliminar la ‘bola de Lebac’
Dólar. Lacroze explicó que la suba de los últimos meses del dólar “no afecta nuestro plan de inversiones” en el país de “US$ 300 millones anuales por los próximos cuatro años”, pero “sí impacta en nuestro negocio de comercialización de combustibles”. Opinó que “los precios de los combustibles todavía están atrasados” en función de la evolución del dólar. “El último aumento del 5% promedio lo hicimos la semana pasada, aún es pronto para saber si lo que estamos viviendo esta semana es puntual o estructural, y definir qué va a pasar y cuál es el impacto en el traslado a precios”.
Impuestos. Otro malestar es la “asfixiante” presión tributaria, en medio del anuncio oficial de reducción de los reintegros a las exportaciones, y suspender por seis meses la baja de retenciones para el aceite y la harina derivados de la soja. Lacroze admitió que “preocupa cómo reducir el déficit fiscal”, pero consideró que “tiene que atacarse por el gasto, no por aumento de impuestos”.
Por su parte, el economista Daniel Artana, graficó: “la necesidad tiene cara de hereje, las medidas van en la dirección de generar ingresos, a mí me hubiera gustado que toda la corrección se hiciera por el lado del gasto porque creo que el problema está ahí, tenemos un gasto público enorme, y que no resolvió los problemas de pobreza ni infraestructura”.