El acuerdo del Mercosur con la Unión Europea generó distintas miradas tanto del oficialismo como de la oposición. El Gobierno festejó que la negociación haya llegado a buen puerto mientras que, en medio de la contienda electoral, desde el kirchnerismo se mostraron muy críticos con la medida. Sin embargo, el excanciller durante la gestión de Néstor Kirchner, Rafael Bielsa, mostró cierta prudencia en un punto medio y aseguró que "el acuerdo no es histórico ni tampoco trágico".
"No es histórico porque la historicidad de algo la juzga el paso del tiempo y tampoco es trágico porque en la tragedia existe la constatación de la fatalidad. Entonces no es ni una cosa ni la otra", señaló en diálogo con el programa Identidad Colectiva que se emite por Radio Caput.
Por otro lado, el exfuncionario del kirchnerismo dejó algunas críticas al acuerdo: "La embajadora de la Unión Europea ante la Argentina dijo que el mayor beneficio del acuerdo para el Mercosur será la baja de precios de los productos importados y una multiplicación de opciones para sus compras. Ahí no veo el beneficio de la Argentina porque esa frase implica a argentinos que tienen deseos y posibilidades de comprar, sobre todo productos extranjeros. Es un poco una versión de esa idea de que la competitividad surgida de la comparación de precios de por sí mejora nuestra competitividad".
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En esa línea, se refirió a cómo serán los pasos a seguir en el acuerdo y aseguró que "no hay beneficios inmediatos". "Ahora vienen seis meses de una negociación técnico- burocrática, la traducción de fórmulas genéricas en términos jurídicos y las traducciones para los distintos idiomas para los países involucrados".
"Tras estos seis meses viene una cantidad de tiempo estimada en dos o tres años para la aprobación en cada país del acuerdo. En Europa hay que aprobarlo país por país y luego en el parlamento europeo, la aprobación en el parlamento europeo requiere una mayoría calificada, 16 de los 28 estados, pero siempre que esos 16 representen el 75% de la población", siguió explicando sobre todo el tiempo que conllevará aprobar el acuerdo para que finalmente entre en vigencia.
"Luego, una vez aprobado por todos los países va a entrar en vigencia una canasta de desgrabación arancelaria paulatina, que según los productos, hay que leer la letra chica, se extiende hasta 15 años de la aprobación del tratado. O sea que beneficios inmediatos no hay".
Asimismo, también apuntó al momento del país que hace que el acuerdo "esté totalmente desequilibrado entre los firmantes". "Objetivamente, no es lo mismo un país desendeudado y con un plan nacional de desarrollo que un país endeudado y sin plan. Porque un acuerdo de esta naturaleza no se puede llevar adelante sin un plan participativo de cada uno de los sectores productivos y exportadores", apuntó.
"Para que nosotros tuviéramos ese plan de desarrollo es muy importante la política porque eso no lo genera un partido, lo genera un concierto de voluntades de un país", agregó.
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"Este acuerdo está totalmente desequilibrado entre los firmantes. En un país endeudado, sin crédito para el desarrollo de las empresas, con una inflación que le hace perder toda competitividad a los productos argentinos en el mundo. El acuerdo desconoce al país. La Argentina es elegible o no elegible por los negocios que privilegia, si vos privilegias negocios que tienen que ver con la especulación, vas a ser elegible solo para la especulación por más tratado que firmes", manfiestó.
También recordó cuando él mismo negoció con la UE. "Trabajé tres años en ese acuerdo hasta que la intransigencia de la Unión Europea en las cuestiones que nos interesaban aconsejó un compás de espera que se produjo en 2004 o 2005. Cuestiones que tenían que ver con aquellos productos en los que somos más competitivos de acuerdo con una idea que era proteger ciertas industrias del país, cierta posibilidad de valor agregado de nuestro país y proteger sobre todo dos elementos que eran claves como la protección de las pymes y la protección de las compras gubernamentales, o sea la posibilidad del Estado de privilegiar a las empresas nacionales en detrimento de las extranjeras, en aquel momento ese era el problema".
ED CP