Lo que en un principio parecía que iba a tratarse de un fenómeno temporal, explicado en gran parte por los estímulos monetarios que ofreció el gobierno estadounidense para mitigar los efectos recesivos de la pandemia, hace varios meses ya se ha convertido en el principal problema económico a resolver para el país del norte.
El pasado 12 de abril, la Oficina de Estadísticas Laborales reveló que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en marzo un aumento del 1,2% mensual. El dato no solo fue elevado, sino que reflejó una aceleración respecto al 0,9% informado en febrero.
La inflación en Estados Unidos alcanzó su pico más alto desde 1981
A su vez, en términos interanuales, la suba de precios en la economía de los Estados Unidos alcanzó un 8,5%, un nivel que no se veía en aquel país desde 1981.
¿Qué factores explican esta suba en los precios de la economía norteamericana?
El motivo por el cual Estados Unidos está con un nivel de inflación tan elevado, se explica en gran parte por las políticas acomodaticias que tomó el Banco Central de aquel país durante la pandemia.
Sin embargo, cuando las cosas empezaron a mejorar, incluso ya habiendo superado los niveles de actividad económica previos a la crisis sanitaria, el titular de la Fed, Jerome Powell, decidió esperar demasiado tiempo antes de volver a subir la tasa de interés y finalizar el programa de compra de activos. Su argumentación fue que la inflación que trajo el rebote económico se trataba, básicamente, de un fenómeno transitorio y que con el tiempo se iba a acercar a los niveles objetivo del 2%.
No obstante, a pesar de las previsiones alentadoras de la Fed, las cosas no salieron como estaba previsto y la aparición de otros factores, como la contundente suba de los precios del combustible a nivel mundial, terminó impulsando a la inflación aún más.
Además de todo esto, por si fuera poco, el inicio de un conflicto bélico entre Rusia y Ucrania provocó una disparada aún más acentuada del precio del petróleo, que llegó a dispararse hasta casi 140 dólares por barril, su nivel más alto desde 2008. Este último imprevisto, le ha generado varios problemas a la Fed, en relación a cuál será la mejor forma de actuar, para tratar de frenar la inflación, pero al mismo tiempo, no espantar a los mercados financieros.
La Fed advirtió que tomará una postura más agresiva
Tras la reciente disparada en los precios de la economía, la Reserva Federal finalmente decidió subir la tasa en la pasada reunión de marzo y también dio a entender que, a partir de ahora, la entidad aplicará una política más agresiva en torno a la suba de tasas.
Según revelaron las actas, el Directorio puso énfasis en que la economía norteamericana continúa en un proceso de recuperación fuerte, con un mercado laboral rígido, pero con niveles de inflación muy por encima del objetivo del 2% y con preocupación por los efectos de la guerra en Ucrania.
Alerta en los gremios por el impacto de la guerra en Ucrania en la producción
Estas preocupaciones se centraron principalmente en los efectos que el conflicto bélico tiene sobre las cadenas de logística y los precios de los commodities, agregando aún más presión sobre la inflación.
En respuesta a esto, el Directorio acordó que a futuro será necesario llevar a cabo aumentos más agresivos de la tasa de interés, poniendo como piso, aumentos de 50 puntos básicos, para la próxima reunión, que tendrá lugar en mayo.
Por otro lado, también en mayo, los funcionarios de la Reserva Federal se pusieron de acuerdo en comenzar la reducción del balance general de la entidad.
Para llevarla a cabo, los miembros del Directorio vieron como una posible estrategia vender mensualmente unos 35 mil millones de dólares en hipotecas y unos 60 mil millones en bonos del Tesoro.
Teniendo en cuenta todos estos factores, entre una inflación más elevada y una Fed que se volverá más agresiva, es más que entendible por qué los principales índices del mercado accionario norteamericano, hasta ahora, estén teniendo un 2022 con retornos negativos.
¿En qué conviene invertir?
Consideramos que es probable que las principales compañías del sector de consumo básico, es decir, las que se dedican a la venta al por menor de alimentos, bebidas y tabaco, y las empresas de productos personales y para el hogar, podrían verse beneficiadas por un escenario inflacionario. Adicionalmente, son sectores defensivos que se verían menos afectados ante una desaceleración económica.
Plazo fijo: por qué pierde frente a la inflación y 4 alternativas para invertir
Es por esto, que sería una buena idea estar posicionado en CEDEARs de compañías que cumplan con estas características. Entre ellas, vale la pena destacar las siguientes: Procter & Gamble (PG), Coca Cola (CO), Pepsico (PEP) y Wal Mart (WMT).
Por otro lado, para los interesados en una alternativa de renta fija o bajar participación en renta variable, podría ser una buena idea tener exposición en algunas Obligaciones Negociables (ON).
Si bien existen inversiones tradicionales de renta fija que solían al menos igualar la inflación en dólares, hoy ninguna de ellas funciona de cobertura. Ya sea porque tienen un rendimiento por debajo de la inflación o bien, porque presentan un riesgo alto
Pensando en un perfil de riesgo moderado, se sugiere incorporar deuda de las empresas Celulosa, IRSA y Pampa Energía con un rendimiento anual estimado del 10,2% en dólares.
Esta cartera, tiene un vencimiento promedio ponderado de 1,4 años siendo que una parte importante del capital se recuperaría antes del cambio de gobierno en el 2023, lo que permite reducir el riesgo. De esta forma logra brindar un rendimiento por encima de la inflación de EEUU con un riesgo acotado.
* Jefe de Research en IOL invertironline