“Consideramos que la recompra es un canje distressed y, por tanto, un default según nuestra definición”, afirmó la agencia este miércoles en un informe, según Bloomberg Línea.
Moody’s considera técnicamente una situación de impago, en dos situaciones. La primera es cuando “el emisor ofrece a los tenedores de bonos un nuevo valor o paquete de valores que equivalgan a una obligación financiera disminuida (como acciones preferentes o ordinarias, o deuda con un cupón o valor nominal más bajo, una antigüedad más baja o un vencimiento más largo)”.
Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
En segundo lugar, si “el intercambio tuvo el propósito aparente de ayudar al prestatario a evitar el incumplimiento”.
La fundentación de Moody's
Según Bloomberg Línea, el documento firmado por los analistas Juan Carlos Urcia, Jaime Reusche y Mauro Leos sostiene que la recompra, que abarcó principalmente a los bonos GD30 y GD29, con amortizaciones a partir de 2025 y 2024, “se realiza a costa de una escasez de divisas que está presionando las finanzas exteriores del país, al tiempo que contribuye poco a respaldar la capacidad de reembolso del soberano en 2024 y años posteriores”.
Moody’s consideró que el Gobierno argentino no especificó “qué cantidad de los US$1.000 millones se destinará a la compra de cada bono, ni la fecha prevista de cuándo culminará el proceso de recompra”.
El miércoles 18 de enero, el Ministerio de Economía anució que el Banco Central recomprará bonos de la deuda externa argentina "por más de mil millones de dólares".
El objetivo de la medida es "seguir mejorando el perfil de la deuda externa argentina" a fines de "seguir bajando el riesgo país" para "mejorar las posibilidades de las empresas argentinas y del Estado argentino de acceder al mercado de capitales", según explicó el ministro en una conferencia de prensa.
