ECONOMIA
Educación financiera

Un proyecto de ley propone enseñar finanzas desde el jardín y educación financiera obligatoria

Una especialista en finanzas personales impulsa una ley nacional para incorporar la educación financiera desde los cinco años. Busca formar hábitos de ahorro, responsabilidad y planificación, además de promover la creación de seguros de retiro como herramienta de previsión.

Educación financiera
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La educación financiera podría convertirse en una materia obligatoria desde el jardín de infantes hasta el final del secundario. Así lo propone un proyecto de ley presentado por la especialista en finanzas personales Gabriela Totaro, que busca incorporar en la currícula escolar contenidos sobre ahorro, planificación y manejo responsable del dinero.

Totaro impulsa esta iniciativa desde 2017 y considera que la formación temprana en finanzas es una herramienta de inclusión social y desarrollo económico. “La relación con el dinero se instala en nuestra psique desde la primera infancia. No se trata de enseñar gráficos complejos, sino de inculcar valores y hábitos saludables como el ahorro, la responsabilidad y la paciencia”, explica.

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El proyecto pretende que el aprendizaje financiero comience a los cinco años y se mantenga de manera transversal a lo largo de toda la educación formal. “Si se implementara recién en cuarto año de la secundaria, ya sería demasiado tarde”, advierte Totaro. En su visión, la educación financiera permite combatir el pensamiento mágico de la “plata fácil” que se promueve en las redes y en las apuestas online, y enseña a los niños que generar ingresos requiere disciplina, tiempo y planificación.

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Gabriela Totaro, especialista en finanzas personales

La propuesta busca, además, que el diseño de los contenidos se realice con la participación de escuelas, familias y entidades del sistema financiero, garantizando transparencia y rigor académico. “Es fundamental que la formación esté respaldada por instituciones serias, no por influencers ni promesas de riqueza rápida”, sostiene.

El ahorro como prioridad

Uno de los ejes centrales del planteo de la especialista consiste en promover el ahorro como un hábito prioritario. “El ahorro no debe ser lo que sobra, sino lo primero que se administra cuando ingresan los recursos”, explica. Propone destinar al menos un 10% del ingreso mensual a la construcción de un fondo personal y mantenerlo actualizado frente a la inflación, incluso en monedas fuertes.

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El ahorro, remarca, debe dividirse por objetivos: corto, mediano y largo plazo. También recomienda crear un “colchón financiero” equivalente a entre tres y seis meses de gastos fijos para cubrir imprevistos, y registrar los gastos para visualizar los llamados “gastos hormiga” que afectan la planificación. “Ahorrar no depende de grandes sumas, sino de la constancia y de la acción. Es un hábito que se entrena”, subraya.

La especialista enfatiza que el ahorro, la planificación y la educación financiera no son solo prácticas individuales, sino componentes esenciales de la estabilidad económica de un país. “Cuando los ciudadanos entienden cómo administrar su dinero, se reduce el endeudamiento, se fortalece el consumo responsable y se mejora la capacidad de inversión”, apunta.

Repensar la jubilación y construir un retiro propio

En su diagnóstico, el sistema previsional argentino atraviesa una crisis estructural: hoy cada trabajador activo sostiene a tres jubilados, cuando hace pocos años eran cinco. A esto se suma una expectativa de vida en aumento —79 años en Argentina y casi 90 en el mundo— y una tasa de natalidad en baja.

Hay que cambiar el chip respecto de la jubilación. No podemos esperar nada del Estado; debemos construir nuestro propio retiro”, afirma. Recomienda iniciar el ahorro previsional entre los 20 y 60 años, durante la vida laboral activa, para llegar a la vejez con un capital que permita mantener la calidad de vida.

Seguros de retiro: previsión y beneficios fiscales

Los seguros de retiro aparecen en este contexto como una herramienta clave de planificación. A diferencia de las inversiones bursátiles, son ofrecidos por compañías aseguradoras y cuentan con beneficios fiscales y legales: son inembargables, deducibles del impuesto a las ganancias y exentos de bienes personales.

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“Un seguro de retiro garantiza una tasa de interés y permite construir un capital que asegure independencia y tranquilidad. Es una decisión financiera inteligente en un contexto en el que el sistema estatal no podrá sostener las jubilaciones futuras”, explica Totaro.

Educación financiera como política de Estado

El proyecto de ley de Totaro busca que la educación financiera se transforme en una política pública de largo plazo, que prepare a las próximas generaciones para administrar sus recursos, tomar decisiones informadas y reducir la vulnerabilidad económica.

“La educación financiera no tiene que ver con llenarse de plata, sino con aprender a administrarla. Es sinónimo de tranquilidad, no de riqueza”, concluye.

En un país con altos niveles de incertidumbre y baja tasa de ahorro, el desafío no es menor: enseñar finanzas desde el jardín no solo forma individuos más responsables, sino que sienta las bases de una economía más estable y previsora.

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