A nivel mundial, la educación superior atraviesa una coyuntura compleja. Cada vez más personas se trasladan hacia las ciudades y se acercan así a los grandes establecimientos educativos, generando dificultades como el “colapso” de las aulas. Descentralizar la educación universitaria parece tener cada vez mayor asidero entre los expertos en educación y planificación pública, ya que con ello se acerca la educación en general y la educación superior en particular a las comunidades.
La experiencia de las universidades del conurbano bonaerense es un fiel ejemplo de ello. Su inserción en el territorio más poblado del país generó miles de estudiantes “primera generación de universitarios”, dando cuenta del acceso indispensable que la cercanía genera a la educación superior.
Ciudades que crecen
Las ciudades cumplen un rol protagónico en el desarrollo educativo. Nunca hubo en el mundo tantas universidades y tantas ciudades como lo hay en la actualidad. Por un lado, y como señala el informe “La educación superior en el siglo XXI…” de UNESCO, tan solo en los años que van entre 1960 y 2014 la matrícula de la educación superior pasó de 13 a 207 millones de personas. Por el otro, y siguiendo los datos de ONU-Hábitat, sabemos que en la actualidad el 54% de la población mundial reside en áreas urbanas, pero hacia 2050 se prevé que esta cifra alcanzará el 66%.
En contraste con las zonas rurales, la prestación de servicios y la mayor oferta laboral suelen ser los incentivos predominantes para que cada vez más personas emprendan su traslado a las ciudades. Entre dichos servicios –ya sean públicos o privados- se encuentra la educación superior.
El resultado de la universidad más cerca
Nuestro país ha sido reconocido en América Latina por estar a la vanguardia en materia educativa. Uno de los “hitos” es el de haber universalizado la educación común a partir de la ley 1.420 sancionada en 1884, lo que le permitió, entre otras cosas, mejorar los índices de alfabetización tanto para los argentinos nativos como para quienes por aquellas épocas arribaban al país en oleadas de inmigrantes. Los resultados de aquella ley fueron contundentes: en los años que transcurren entre 1914 y 1960 el analfabetismo pasó del 36% al 8,5%, para llegar al 2001 a sólo el 2,8%.
Otros dos grandes “hitos” en materia educativa fueron, en primer lugar, la Reforma Universitaria que se dio a partir del alzamiento estudiantil en la Universidad de Córdoba hacia 1918, a partir de la cual se logró, entre otras cuestiones, la investigación científica, la autonomía universitaria y el cogobierno. En segundo lugar, la gratuidad de las universidades alcanzada en 1945. En resumidas cuentas, hacia mediados del siglo XX la Argentina contaba con una considerable población alfabetizada que asistía a universidades de forma gratuita en los centros urbanos del país. Sin embargo, el crecimiento demográfico de las próximas décadas y las migraciones internas generarían un nuevo desafío para la educación superior: descentralizar para llegar a mas personas.
Como señalan los datos de la Secretaria de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, a través de su Dirección de Estadísticas, la predominante oferta universitaria gratuita (55% del total) llevó a que desde 2001 a 2016 la población estudiantil creciese 45%, pasando de 1.440.927 estudiantes a 2.100.091, asistiendo el 79% de ellos a universidades públicas.
Sin embargo, la distribución poblacional que ha tenido lugar en las universidades del país ha sido dispar. Hasta hace unas pocas décadas (1972) la única universidad pública en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense era la UBA, lo que llevaba a que muchos estudiantes debiesen desplazarse varios kilómetros para asistir a las clases.
“Hay una incomprensión por parte de algún sector de la sociedad y del gobierno sobre lo que es la universidad pública en términos de movilidad social y lo que significa para nuestros jóvenes que no tienen los recursos y/o el tiempo de viajar dos horas para ir a la UBA”, enfatiza Jaime Perczyk, rector de la Universidad Nacional de Hurlingham, institución que ofrece 21 carreras de pregrado y grado y cuenta con una comunidad de más de 15.000 personas: 11.500 estudiantes, 140 nodocentes, 700 profesores investigadores y casi 3.500 vecinos que asisten a sus talleres culturales y deportivos.
Hoy el conurbano, es decir, la zona donde residen 6 de cada 10 bonaerenses (casi 10 millones de habitantes), tiene una oferta educativa que le permite a sus residentes evitar extensos traslados. Los resultados están a la vista. Como señala el informe “Las nuevas universidades del conurbano bonaerense” elaborado por el Centro de Estudios de Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, hacia 2016 las 15 universidades del conurbano concentraban al 13,6% de la población estudiantil total que asistía a establecimientos nacionales. En ese sentido, La Universidad de La Matanza encabezó en dicho año el ranking de universidades nacionales del conurbano según cantidad de estudiantes, llegando al 20% del total, seguida por la de Lomas de Zamora con el 18% y la de Quilmes con el 14%.
Por otro lado, las universidades del conurbano son artífices del 10% de todos los graduados a nivel nacional. La longevidad se ha convertido en sinónimo de éxito, en términos de inscripciones y egresados, siendo las universidades más antiguas en el conurbano las que incluso superan la media nacional de graduados de universidades nacionales. Estos son los casos de las universidades de Lomas de Zamora (8,05), San Martín (6,56) y La Matanza (6,43), en los que la cantidad de egresados cada 100 estudiantes supera ampliamente la media nacional de 5,39.
Primera generación de universitarios
El impacto de las 15 universidades nacionales que se crearon en el conurbano entre 1972 y 2015 no se haría esperar. Para muchos, tener la universidad más cerca significó ser la primera generación de estudiantes universitario en toda su familia: mientras que la mitad (54%) de los estudiantes de la UBA son primera generación de universitarios, el podio lo tiene la Universidad Nacional de La Matanza con el 94,2%, seguido de la Universidad Nacional de Moreno con el 91%, la Universidad General Sarmiento con el 84%, la Universidad Nacional Arturo Jauretche con el 83% y la Universidad Nacional de Tres de Febrero con el 74%.
A veces las cifras suelen ser frías y ocultar en ellas sucesivos esfuerzos colectivos que se invirtieron para alcanzarlas. Pero cada uno de los “primera generación de estudiantes universitarios” es un signo de que la universidad es una realidad para cada vez más cantidad de personas, pero al mismo tiempo lo es para familias a las cuales la educación superior no les era accesible.
Los desafíos de la educación superior
Si bien en este momento de nuestra historia el sistema universitario se caracteriza por ser el más descentralizado –habiendo por lo menos una universidad nacional por provincia- y con mayor cantidad de población estudiantil registrada, los desafíos de la educación superior giran en torno, por un lado, a aumentar la matricula federalizando su distribución y, por el otro, a alcanzar una mayor cantidad de graduados.
Ambos desafíos generan lazos virtuosos entre sí. Los datos estadísticos de la SPU sostienen que cuento mayor es la cercanía de los establecimientos universitarios, mejores son los resultados académicos: la cantidad de graduados en 2016 respecto a la cantidad de ingresantes en 2011 en la Universidad de La Matanza es del 45,8%, en la de Lomas de Zamora es del 40,7% y en la de San Martín del 27,5%, mientras que a nivel nacional es del 27,4%.
“Buscamos ayudar a los jóvenes en el ingreso, el trayecto y hasta la última etapa del egreso, para que puedan aprovechar todo lo posible su experiencia educativa”, expresó el secretario de Políticas Universitarias, Pablo Domenichini, para luego agregar: “La educación superior es un derecho al que todos deben poder acceder y es nuestra responsabilidad brindar todas las herramientas para que los estudiantes descubran su vocación, accedan a toda la información para ingresar en la universidad o al instituto técnico que elijan y conozcan las distintas posibilidades de ayudas que les ofrecemos”.
Si bien aún queda camino por recorrer para aumentar la cantidad de graduados respecto a los ingresantes en el país -siguiendo al CEA de la Universidad de Belgrano países como México, Colombia, Brasil y Chile, alcanzan entre el 52% y el 81% por ciento de graduados respecto a ingresantes- lo cierto es que incluso los desafíos más complejos se pueden alcanzar avanzando con planificación. Los logros conquistados por las universidades nacionales en la descentralización de la educación superior, junto con otras medidas, promovieron que en el periodo 2007 a 2016 el crecimiento de la cantidad de graduados del sistema universitario fuera del 44%. Hoy, Argentina tiene el desafío de fortalecer su entramado universitario generando así mayores posibilidades de inserción a un mundo en donde el conocimiento es la llave de acceso.
*Politólogo y docente (UBA)
La universidad en tu barrio
El primer paso para elegir una carrera universitaria es conocerla. Ese es, entre otros, el objetivo del programa “La Universidad en tu Barrio”, impulsado desde 2017 por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MECCyT). La propuesta: recorrer diferentes localidades con un Aula Taller Móvil (ATM) brindando información para acercar la educación superior a cada comunidad a través de un sistema de consultas propio llamado #TomáCarrera. Durante estos tres años, La Universidad en Tu Barrio recorrió diez provincias del país con un total de cien operativos en pequeñas localidades, grandes polos turísticos, festivales, fiestas nacionales, juegos olímpicos, ferias del libro, universidades e institutos de educación técnica y de formación docente. Además, participó de actividades organizadas en conjunto con el Instituto Nacional de La Juventud (INJuve) y el programa Hacemos Futuro del Ministerio de Desarrollo Social, y acompañó al operativo de El Estado en Tu Barrio de Jefatura de Gabinete. El próximo operativo tendrá lugar el 7, 8 y 9 de mayo en la Plaza San Martín de Cañuelas, provincia de Buenos Aires.
La federalización a través de las regiones
Con el fin de revertir la falta de planificación y federalizar la oferta educativa, el MECCyT reactivó en 2016 las funciones de los Consejos Regionales de Planificación de la Educación Superior (CPRES), espacios de diagnóstico y planeamiento de la oferta académica y la cobertura territorial, a partir de su vinculación con las necesidades socio productivas y culturales de cada región.
El objetivo es promover la articulación de las instituciones universitarias, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y el Instituto Nacional de Formación Docente (INFD) con los representantes de los estados provinciales, las instituciones sociales intermedias y los sectores productivos de la región. Para ello, se diseñó un mapa georeferenciado de educación superior que contiene toda la oferta académica existente de todo el país (https://www.argentina.gob.ar/educacion/mapas-educativos-georreferenciados).
A partir del trabajo realizado durante dos años por los CPRES, en 2018 se publicó Áreas de vacancia, libro que permite conocer la oferta educativa y pensar en los ejes de planeamiento y expansión de acuerdo con las demandas regionales (https://www.argentina.gob.ar/educacion/universidades/vacancia-libro). En 2019 se prevé la publicación de la continuación del relevo, pero ampliándolo a las necesidades sociales y culturales en formato web interactivo.