Es de los cumpleaños que está en la agenda de la política nacional porque la convocatoria fue creciendo con los años y supo tener en su listado de invitados personajes variados y no siempre ubicados en la misma vereda. Pero eso cambió cuando Fabián Perechodnik se sumó al gabinete de María Eugenia Vidal. Y este año no fue la excepción aun cuando fue muy especial porque el ahora funcionario celebró sus 50 años. Algo que destacaron varios fue que no hubo video con memorabilia, de esos que terminan siendo una oda al ego del anfitrión. También que se haya maximizado la cuestión mediática del festejo, cosa que habilitó a varios funcionarios usar la pista de baile para exorcizar el año en que “pasaron cosas” y donde las sucesivas “tormentas” dejaron en materia económica un diciembre negro y un horizonte 2019 más con nubarrones que con cielo despejado. Otros incluso se animaron al escenario y con Los Totora como músicos cantaron La ventanita. Entre los invitados que pasaron por el Salón Frers de La Rural estuvieron una sonriente María Eugenia Vidal, Carolina Stanley y Federico Salvai, los Bullrich –Patricia y Esteban–, Bruno Screnci, Diego Santilli, Horacio y Auguto Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo, el banquero Gabriel Martino, Andrés Ibarra, Alex Campbell, Juanjo Méndez, Carlos Sánchez Córdova, Néstor Abatidaga, Martín Cabrales, Alejandro Macfarlane, Roberto Lanusse, Luis Galli, Calilo Sielecki e incluso Karina Rabolini con Ignacio Castro Cranwell, quienes se retiraron temprano. Infaltable desde que los cumpleaños se hacen en la Capital y no en City Bell, Mirtha Legrand.
La Plaza del yerno Finalmente se inauguró la plaza porteña que no fue estadio y que oficialmente llaman Manzana 66 pero para muchos es la plaza del yerno de Macri. Y es que Pablo Siquier, novio de Gimena Macri (una de las hijas del Presidente) fue quien ganó la licitación que le permitió sumar así una obra más a la escenografía porteña: ya hay murales suyos en Puerto Madero y en la estación Pellegrini del subte B.
En venta El verano esteño comenzó con el rumor de que dos famosos como Marcelo Tinelli y Susana Giménez venderían sus respectivas propiedades allí. Pero menos mediáticas, hay dos casas que también están en el listado de propiedades a la venta en el catálogo de lujo de una empresa internacional. Una es Aldebarán, histórica propiedad de Rincón del Indio que supo habitar algunos veranos Amalita Fortabat antes de construir su otra casa en José Ignacio. La misma tenía incluso una obra inspirada en Punta del Este que, sobre la misma pared de un corredor, pintó Nicolás García Uriburu. Se vende en US$ 3,9 millones. La otra es Dama de Noche, una mansión que en el catálogo se exhibe como para una revista de decoración. Aunque no figura el precio, se sabe que su dueña, Paula Marzotto –millonaria italiana que, entre otras cosas, es también consuegra de Carolina de Mónaco–, pide US$ 16 millones, cifra que solo un enamorado de la zona de chacras de La Barra podría estar dispuesto a pagar.
Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Las expensas de Macri En ese catálogo, pero en la sección Buenos Aires, figura una propiedad ubicada en un edificio muy particular. No solo porque es una “casa colectiva” premiada de 1939 sino porque allí tiene un piso Macri, que hoy le alquila a su amigo y director de la AFI, Gustavo Arribas. Las fotos pueden dar una idea de cómo son los ambientes de la pareja presidencial y, como detalle de color, se publican las expensas que pagan los propietarios: 39 mil pesos y hasta el ABL promedio de 2018, unos 15 mil pesos.
Celebracion y premio Eduardo Costantini es de los que facturarán algo este verano ya que logró que dos marcas hicieran sendos eventos en Las Garzas, su emprendimiento ubicado en Rocha. Y para potenciar la venta de lotes allí, organizó un certamen del deporte que lo apasiona y cuya práctica casi le costó la vida: el kite surf. No se sabe aún si, con su amigo Adolfo Cambiaso (padre), se sumará de manera recreativa a participar. Hijos y nietos preferirían que él se quedara en la orilla como espectador.
