Primeras damas “borradas”. Esta semana, ni las mujeres de los candidatos dijeron presente en espacios donde suelen estar: desfiles y cenas a beneficio. Tanto Karina Rabolini como Juliana Awada bajaron el perfil. En el caso de la primera dama bonaerense, tuvo visibilidad en actos de campaña en solitario, como lo fue su viaje al interior. De la de Macri, salvo la foto con Carla Bruni que circuló por Facebook e Instagram o en la première del documental Boca Juniors 3D, no estuvo ni en Fundaleu ni en el desfile de Tramando del jueves, donde en la colección pasada coincidió incluso con Rabolini. Sí estuvieron quienes ya atravesaron la contienda electoral, como Diego Santilli o Guillermo Dietrich. El primero acompañó a su mujer, Analía Maiorana, a la cena por los veinte años de las galas de Fundaleu. La ex modelo fue una de las famosas convocadas para, bandeja en mano, servir a los nueve comensales de cada mesa. En esta cena también estuvieron Rogelio Frigerio y Juan Curutchet, que compartieron mesa con Sofía Zámolo y también la tuvieron de moza. Por sorteo, a Curutchet no sólo la modelo le sirvió los sucesivos platos, sino que fue su compañero de baile en la pista generando no selfies pero varias fotos de sus amigos. En esta fiesta, que recaudó 1.900.000 pesos, ellos y Miguel del Sel fueron los únicos personajes relacionadas con la política; el resto fue un muestrario acotado de empresarios y famosos que incluyó a, entre otros, Mirtha Legrand, Nicole Neumann y Sebastián Cubero, Sergio Goycochea, Enrique Wolff, Karina Mazzocco, Ingrid Grudke, Iván de Pineda, Benjamín Vicuña, Sebastián Estevanez y Facundo Arana, los tres más buscados para selfies por mujeres de todas las edades. El esquema de la gala fue similar a todas las de este tipo: discurso, video, comida, agradecimientos, baile, remate, premios y “mangazo”, que en este caso era la venta de 500 bolsitas de mil pesos cada una –se vendieron todas–, que incluían dos fragancias de Dior y premios varios.
Castigo familiar. “A mí no me tienen incluido, me sacaron del grupo porque opinan con mucha pasión sobre las cosas, y para mirar la Argentina hay que tener corazón pero también cabeza”; así explicó Sergio Massa en Nacional Rock por qué su familia lo eliminó del grupo de WhatsApp. Parece que la gota que rebalsó el vaso fue una opinión crítica y enérgica suya a un comentario del grupo. Su suegra, Marcela Durrieu –por su carácter y pensamiento–, es la que más fichas se lleva como la responsable de impulsar el operativo “Delete Sergio”.
Memorabilia reloaded. La estética peronista tuvo esta semana una nueva arista: Carlos Gianella reunió a peronistas como Telerman, Alejandro Dolina Soledad Peralta y otros funcionarios o integrantes del sciolismo bonaerense para disfrutar de un recital de Canta Perón, una banda que toma canciones del rock nacional y reconvierte las letras con información de la historia y la doctrina peronistas. La idea es hacer dos shows por año y una kermés donde cada juego replique esa “consigna didáctica” sin incluir personajes de la coyuntura o las caras de las sucesivas corrientes derivadas del movimiento.
Consorte y compañia. Las crónicas del paso de Sarkozy por Argentina que hubo en los medios principales de Francia no registran que él haya dado –y cobrado– una conferencia en el Colón. Incluso él mismo les aclaró a los periodistas que viajó “para acompañar una gira de Carla (Bruni)”. Mucho menos le pidieron que se explayara sobre conceptos que expresó acerca de su preocupación por el crecimiento demográfico mundial y la inmigración, o sobre que “así como había culturas que evolucionaron de la Edad Media a la modernidad, el islam involucionó”. Temas muy sensibles en Europa, y en Francia en particular. La explicación de que fue sólo “consorte y compañía” se debe, dicen, a que no está bien visto que un político que busca acceder al Elíseo –de nuevo– y está en campaña dé conferencias pagas, como sí lo hacen los que ya dejaron la política partidaria, como Clinton o Blair. Otra incógnita que buscaron resolver algunos corresponsales galos en Buenos Aires era si había una motivación lobbista en la visita. Su anfitrión, Patricio Farcuh, es –entre otras cosas– dueño de OCA, pero los lazos de Sarkozy se asocian más a Veolia, un empresa francesa con presencia local que se dedica a la recolección de residuos y la gestión de agua y de energía, que a La Poste, el correo francés.
Premiado. En lo personal, Eduardo Costantini tiene un frente a resolver: la separación de Clarice Tavares. En lo profesional viene mejor: recibió el premio al Mejor Desarrollista 2014 por su proyecto Catalinas Norte, de manos de la Asociación de Profesores y Directivos de Programas de Real Estate.