“Una noche en el Antiguo Egipto” no es una experiencia inmersiva y mucho menos una vodevil teatral. Fue el nombre que eligió la Asociación de Amigos del Bellas Artes para su cena anual de recaudación. Como su nombre lo indica, la temática egipcio fue la propuesta este 2025 dado que en noviembre próximo inauguran Fantasía y Ciencia. Egiptofilia y egiptología en la Argentina, una exposición que se extenderá hasta marzo 2026 y busca reflejar el interés histórico y artístico que la civilización egipcia despertó en la cultura argentina y que sigue vigente en los museos, las bibliotecas, el cine, la arquitectura y el arte contemporáneo.

Carlos Rosenkrantz y Paolo Rocca fueron dos de los invitados más importantes de los cuatrocientos cincuenta que colmaron la sala de exposiciones temporarias que, con la ambientación de Gloria César, tuvo una transformación acorde al “Antiguo Egipto”. Incluso el corredor de ingreso a la sala, simulaba esos pasillos algo asfixiantes que tienen los de las famosas pirámides.
¿Tiene futuro el mecenazgo y la filantropía?
Además de los mencionados Rosenkrantz y Rocca quienes, esta vez, compartieron mesa, otros de los invitados fueron Angelo Calcaterra, cuya hija María tiene su propia galería de arte y se convirtió en habitué de la cena del Bellas Artes. También Emilio Ocampo, el economista que tuvo un período de alto perfil como uno de los asesores de Javier Milei –en campaña– en el tema la dolarización de la economía argentina. Eduardo Mallea, ex director General de Aduanas del actual gobierno, compartió mesa con Ocampo.

Ángelo Calcaterra, Georgie Neuss y su primo Patricio Neuss, Cristiano Rattazzi, Alejandro y Fernán Saguier, Fernando Cinalli y Isela Costantini, Gustavo Weiss, Charlie Blaquier, Carlos Fontán Balestra (hijo), Santiago Siri, Fabián Perechodnik, Amalia Amoedo, Claudio Cesario, Hugo Eurnekian, y Woods Staton, fueron algunos de los otros cientos de invitados que, a su manera, contribuyeron a que con “Una noche en el Antiguo Egipto” la Asociación de Amigos recaudara 170 mil dólares para el Bellas Artes.

Un capítulo aparte de esta cena 2025 fue el anuncio de la donación de la familia Roemmers: la financiación total de nuevas salas que implicaran seiscientos metros adicionales para la más exposiciones en el Bellas Ares. Esta ampliación se hará en el último piso del edificio, donde está la terraza del museo.

“Sentimos que la forma más noble de rendir homenaje a mi madre, Hebe Colman de Roemmers, era inscribir su nombre en este ámbito de belleza compartida”, dijo Alejandro Roemmers consultado por PERFIL sobre la donación que su familia hará al Museo Nacional de Bellas Artes. “Ella fue siempre una mujer profundamente sensible a la música y a las artes plásticas, y nos transmitió la certeza de que el arte ennoblece y eleva la vida”.

Hebe Colman estuvo presente en la mesa que los Roemmers –Alejandro, su hermano Alberto, y su cuñada Gina Vargas– ocuparon en la cena anual de recaudación de la Asociación de Amigos del Bellas Artes. En un tiempo que pareciera que la filantropía no es actividad de las favoritas de quienes ejercitarla, no deja de ser interesante esta donación. Igualmente, Alejandro Roemmers tiene una mirada diferente sobre este punto.

Para Alejandro Roemmers, “la filantropía es como un río subterráneo: aunque no siempre se vea en la superficie, fluye silenciosa, fecunda”, relató a PERFIL. “En cada crisis aparecen gestos de generosidad inmensa que nos recuerdan que la solidaridad nunca muere. Quizás lo que falta es ponerla más en valor, hablar de ella con orgullo, contagiar su ejemplo porque cada acto de filantropía es una semilla de esperanza, y el mundo necesita de esas semillas para florecer. Pienso que el fruto de la filantropía no se mide en cifras, sino en vidas tocadas, en legados que perduran. Poner un grano de arena en el campo de la cultura es abrir una ventana al futuro. Uno se descubre más pleno, más conectado con la comunidad, más consciente de que la vida adquiere sentido cuando trasciende lo personal”.

Si bien el espacio de seiscientos metros que sumará el Bellas Artes llevará el nombre Hebe Colman de Roemmers, la exhibición con la que, a su tiempo, se lo inaugurará aún no está definida, y los Roemmers ni siquiera aconsejaron qué tipo de artistas o qué temática les gustaría para ese días. “No quiero imaginarlo yo”, aseguro Alejandro a PERFIL. “Prefiero confiar, como siempre lo he hecho, en la mirada sabia y delicada de la dirección del museo. Cualquiera sea la exposición, estoy seguro de que será una celebración de la belleza y un diálogo fecundo con el público”.