Desde Córdoba
"Los cordobeses son una masa, tienen una audacia para encarar las cosas que nos marcan siempre para dónde va el rumbo del país. Me emociona mucho el apoyo que hemos recibido allí". Así habló Mauricio Macri en su primer contacto con la prensa tras las elecciones del domingo.
El líder de Cambiemos agradeció así el apoyo brindado en las urnas de la provincia que en los últimos años se transformó en emblema del voto antikirchnerista. Un apoyo que aún deja atónitos hasta a los más optimistas referentes provinciales de la coalición.
Histórico. Cambiemos realizó una elección histórica en la provincia, donde cosechó 1.142.493 votos, que resultaron determinantes para reducir la brecha que lo separaba de Daniel Scioli respecto a las PASO y que ningún encuestador logró vaticinar. De los 25 departamentos que componen la provincia, Cambiemos se impuso en 21, en general por amplia diferencia.
En la capital provincial la diferencia fue sencillamente abrumadora. Macri consiguió casi medio millón de votos (492.124) y se impuso en prácticamente en todas las mesas donde se sufragó, lo que le permitió superar el 60% del padrón, un récord absoluto en la ciudad, que hasta el momento permanecía en manos de Luis Juez cuando se impuso holgadamente en las municipales del 2003 con el 50% de los votos.
Sin embargo, a pesar de la contundencia del triunfo de Cambiemos, en Córdoba nadie se sorprendió por la derrota del Frente para la Victoria, que sólo sumó una pérdida más a su larga historia de fracasos en tierras mediterráneas.
Los cordobeses siempre se mostraron resistentes al proyecto kirchnerista. Sólo en las elecciones nacionales del 2011 el FpV logró el primer lugar con la reelección de Cristina, que de todos modos sumó el 37%, frente al 54% que cosechó a nivel nacional.
En las elecciones nacionales anteriores el Frente siempre fue derrotado. En 2003 Néstor Kirchner salió quinto con el 10% de los votos y en 2007 la propia Cristina con el 24% de los votos sucumbió ante el 35% de Roberto Lavagna.
Razones. Explicar las razones de por qué Córdoba enarbola la bandera antiK no es fácil. Seguramente Daniel Scioli no sea el único responsable de esta pobre performance en territorio mediterráneo. Cristina Kirchner no goza de buena imagen en Córdoba luego de que la provincia quedara en el centro de una fuerte disputa con la Nación.
El gobernador José Manuel de la Sota llamó a "defender los intereses locales frente a los embates del gobierno nacional" y al parecer en las elecciones del 25 de octubre, esos dichos tuvieron su eclosión. En el interior provincial, predominantemente agrícola, el enfrentamiento entre el Gobierno y el campo también inclinó la balanza a favor de Macri quien desplegó una fuerte campaña pidiéndole a los productores que "siembren tranquilos".
Por su parte, los cordobeses capitalinos aún guardan en sus retinas la imagen de la ciudad en llamas por la huelga policial que generó cientos de saqueos las noches del 3 y 4 de diciembre del 2013, momento en que se señaló a Carlos Zaninni, actual vice de Scioli, como el responsable de bajar el pulgar al envío de gendarmes cuando los robos masivos ya hacían estragos.
El consultor Gustavo Córdoba, titular de la consultora que lleva el mismo nombre analiza que la bandera antikirchnerista de Córdoba se originó incluso antes de la llegada de Néstor Kirchner al poder.
"Hay que remontarse en términos culturales a la época de Eduardo César Angeloz, quien vendió una versión endogámica, autodenominandose 'la isla', concepto que se veía claramente en términos electorales donde el radicalismo tenía una supremacía que no se veía en el resto del país. José Manuel de la Sota le da una vuelta a ese concepto e identificó a un adversario en la Nación, imponiendo el concepto del 'cordobesismo', ocho años después”.
El analista cree que "en esa línea, De la Sota realizó una comunicación dialéctica remarcando el hecho de que 'nosotros somos los buenos, ellos son los malos; ellos son los que deben, nosotros los acreedores', acentuando una sensación de destrato o maltrato de parte del gobierno nacional hacia la provincia. Sobre ese fundamento gran parte del PRO cordobés, sin ser delasotistas o adherir a su gobierno, tuvieron un antikirchnerismo marcado. Toda esa cuestión terminó saliendo muy fuerte el día de las elecciones".
"Córdoba es una provincia que no necesita depender del presupuesto nacional y no cae en ese disciplinamiento que generan las partidas provenientes de la Casa Rosada. Además, el estilo del relato es algo muy cuestionado por estos lares", consideró.
Con amplia experiencia en campañas, el analista cree que hubo una especie de "subestimación" del electorado cordobés. “Aquí el voto opositor orilló el 80% y fue determinante la mala estrategia hecha por el Frente para la Victoria. Fueron muy poco sutiles. Tal vez una campaña más tenue de Daniel Scioli hubiera sido recomendada, sin una presencia tan forzada. Algunos aspectos de la campaña fueron realmente ridículos", completó.
El primer referente. Tras las buenas cosechas en términos electorales que Miguel del Sel venía obteniendo en Santa Fe, Mauricio Macri sorprendió en Córdoba con una apuesta política que nadie vio
venir. El ex árbitro internacional, Héctor Baldassi, hoy diputado nacional, se transformó en el principal referente del PRO en la provincia, actualmente diputado de la Nación. "La Coneja" cree que en Córdoba hubo varios factores que inciden en el rechazo al FpV.
“El kirchnerismo predica un liderazgo autoritario, de andar marcando con el dedo. Eso el cordobés no se la banca. La provincia tiene un potencial de desarrollo increíble pero no la dejaron crecer, le cerraron la puerta, la aislaron y aquí en Córdoba eso se termina pagando", enfatiza con un dejo de orgullo en su voz.
"Creo que el cordobés agradeció con votos el hecho que Mauricio Macri haya elegido venir a cerrar la campaña aquí y que les haya pedido hacer 'un Cordobazo', algo que pegó muy fuerte", agregó.
En pleno cierre de campaña, con un Orfeo Superdomo repleto, Macri sostuvo que "Córdoba siempre marcó un rumbo. Fue el primer lugar que nos escuchó, cuando nadie soñaba con que el cambio era posible". En la misma línea, Baldassi considera que era tanta la molestia que guardaban los cordobeses que el idilio fue inmediato. "Vi en la primera caminata en Carlos Paz cómo la gente se nos acercaba. Desde ahí nos dimos cuenta que hacía falta un cambio y ese cambio era posible.Tuvimos que superar el ninguneo y la subestimación, pero hoy percibo que la gente está feliz, entusiasmada y ojalá podamos ratificarlo en el ballottage".
A menos de un mes para la segunda vuelta, todas las encuestas aseguran que el voto cordobés se mantendría, pero ninguno de los candidatos debe dar nada por sentado.
En los próximos días Macri visitará la provincia en varias oportunidades, se mostrará abierto al diálogo en busca de ampliar la holgada diferencia obtenida en primera vuelta. Scioli seguramente deberá replantear su estrategia y tratar de convencer a gran parte del electorado cordobés que no lleva en sus genes los peores vicios del Frente para la Victoria.
Voto castigo en el campo
Sinsacate es una pequeña localidad ubicada en el noroeste cordobés, a 52 kilómetros de la capital provincial. En sus calles guarda una fuerte historia jesuítica y por algunas de sus más antiguas edificaciones pasaron próceres patrios de la talla de Manuel Belgrano o Juan Lavalle.
Allí Cambiemos logró el mayor porcentaje de toda la provincia al obtener casi el 75% de los votos, que sumado a los obtenidos por UNA arrojan casi un 90% de voto opositor, ante el magrísimo 9% que obtuvo el Frente para la Victoria.
Fernando Romanutti es un conocido productor rural de la zona y a la hora de analizar los motivos de semejante expresión popular no lo duda: "Fue un voto castigo del campo. La gente del agro hace 10 años que viene sintiendo la fatiga de impuestos y retenciones. Todos los productores regionales están en quiebra o cesación de pagos" expresa preocupado. "Nuestra zona era un oasis que por los precios internacionales pudo aguantar la embestida, pero llegó un momento que no se soportó más y todo eso se ve reflejado en el voto contra el Gobierno".
Según Romanutti, "los productores aquí están muy enojados. Hace 12 años que nos están poniendo palos en la rueda, situación que se volvió más grave después del 2008. Hoy no es rentable la agricultura y eso no se puede creer viendo el avance fenomenal que tienen países como Uruguay".
"Si el Gobierno no te escucha de alguna forma tenés que hacerte sentir, y en
este caso la opción elegida fue el voto" completó el ruralista.