Aunque es indiscutible el impacto negativo que tiene la comida chatarra, existen dos enfoques predominantes: uno que impulsa la restricción total y otro que promueve cierta flexibilidad. Lo esencial es entender que no se trata de eliminar los placeres ni de adoptar posturas extremas, sino de disfrutar de manera consciente, reconociendo que una alimentación equilibrada se construye con hábitos sostenidos. Se trata de aceptar ciertos antojos, sin dejar de considerar los efectos de ofrecer a los más chicos porciones desmedidas de productos con escaso valor nutricional que incluso son muy nocivos para su salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el consumo elevado de azúcares y alimentos ultraprocesados durante la infancia se asocia a un mayor riesgo de obesidad, trastornos metabólicos y una relación poco saludable con la comida en etapas posteriores de la vida. Por eso, recomienda que los azúcares libres no superen el 10% de las calorías diarias en niños, y sugiere reducirlos idealmente a menos del 5%.

Algunas ideas saludables sin perder la magia de los cumpleaños
No se trata de reemplazar todo, sino de sumar opciones más equilibradas. Te contamos algunas ideas prácticas para los cumpleaños de los más chicos:
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Brochettes de frutas frescas: son coloridas, sabrosas y visualmente atractivas. Una forma divertida de incorporar vitaminas sin esfuerzo.
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Bebidas más naturales: en lugar de gaseosas azucaradas, se pueden ofrecer aguas saborizadas con rodajas de frutas o jugos exprimidos sin agregados artificiales.
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Algo casero y nutritivo: budines, galletitas o muffins integrales elaborados con ingredientes reales, que aportan sabor y valor nutricional.
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Snacks más sanos: acompañar las opciones saladas con alternativas como chips de zanahoria, palitos de queso o galletas de arroz con palta.
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Sorpresitas conscientes: reducir el contenido de golosinas en las bolsitas o incluir juguetes pequeños, stickers, lápices o libritos para colorear.
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Una mesa que invite a elegir mejor: presentar los alimentos de forma creativa, con colores, formas y texturas que despierten el interés sin imponer.

Si durante el año buscamos una alimentación variada y consciente, también podemos reflejarlo en los momentos de celebración. Con un poco de creatividad y amor, es posible disfrutar sin excesos, sostener lo aprendido y cuidar la salud de los más chicos, incluso en sus días más felices. Porque cada elección es también una oportunidad para educarlos en hábitos que los acompañen toda la vida.
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