A casi cien años de su inauguración reabrió El Querandí, una casona de San Telmo que data de 1920 aunque fue restaurada minuciosamente en 1992, que se convirtió en un lugar de culto para los amantes del tango y la gastronomía con identidad nacional. Con una carta renovada y reinventada, el restaurante ubicado en el corazón del casco histórico de la ciudad, busca posicionarse como la mejor opción en su género.
Esta casona típica de 1920 invita a descubrir sus antiguos misterios, a situarse en la Buenos Aires de principios de siglo XX, a recorrer desde allí la historia del tango, a experimentarla de manera intensa y apasionada a través de sus acompasados acordes y de la sensualidad de su danza para luego, mantenerla viva por siempre en el recuerdo. En la cava de este conventillo pueden apreciarse diversos abovedados que marcaron una época en la arquitectura de Buenos Aires.
Impregnada del alma de la tanguería típica porteña, El Querandí busca transmitir de una energía ecléctica entre sus asistentes que buscan mantener el espíritu de una atmósfera nostálgica. Vinculado estrechamente al arte y la cultura, todo se conjuga en cada cena show de tango que invita a disfrutar de un lugar típico, con profundas raíces históricas, y con la posibilidad degustar un amplio menú de platos tradicionales, acompañados por vinos cuidadosamente seleccionados.
Gracias a la utilización de materia prima local noble, prácticas culinarias destacadas y a la reciente incorporación de equipamiento de alta tecnología, la cocina de esta histórica casona ha logrado culminar un producto diferencial con acento en calidad y variedad. Una de las últimas novedades es que adquirió los hornos Josper de última generación. Para El Querandí significó una importante inversión en competitividad gastronómica, garantizando agilidad y puntos de cocción perfectos.
El Querandí invita a recorrer paso a paso la evolución de la nostálgica ciudad porteña de principio del siglo XX y su particular música resonante, el tango. A través de un show cargado de toda la pasión y fuerza característica del género y, acompañando con una exquisita cena, esta tanguería propone al comensal sumergirse en un viaje en el tiempo a los rincones del floreciente Buenos Aires querido.