Diciembre siempre fue un mes conflictivo en la Argentina y se suponía que la crisis económica producida por la escalada inflacionaria más grande de las últimas décadas iba a traducirse necesariamente en una verdadera crisis social que afectaría la gobernabilidad de Mauricio Macri. Sin embargo, Cambiemos logró algo impensado, incluso para los funcionarios más optimistas: las fiestas se desarrollaron en calma, a pesar de los magros pronósticos. Lo que está claro es que ese escenario feliz para el oficialismo no fue gratis.
Según cifras oficiales a las que accedió PERFIL, el Ministerio de Salud y Desarrollo Social aumentó en diciembre un 127% con respecto al anterior el presupuesto destinado al Salario Social Complementario (SSC), el principal plan que reciben los integrantes de los movimientos sociales. En noviembre de 2017, el SSC otorgado por el Gobierno fue de $713 millones, mientras que un año más tarde esa cifra trepó hasta los $1.621 millones. A su vez, la cantidad de personas que recibieron ese plan también aumentó fuertemente: 68% de incremento con respecto al año anterior, ya que se pasó de 160 mil beneficiarios a fines de 2017, hasta alcanzar los 271 mil beneficiarios a fines de 2018. Se trata de 110 mil integrates de los movimientos sociales que el Gobierno fue sumando a este programa en el transcurso del año. Además, en diciembre se completó un aumento en el monto que cobra cada favorecido de $4.400 a los 6 mil actuales (el monto está atado a la suba del salario mínimo).
Desde las oficinas que dirige la ministra Carolina Stanley explicaron que "a lo largo de 2018 las unidades productivas que componen el programa Proyectos Productivos Comunitarios (en el que se percibe el Salario Social Complementario) se ampliaron en gran parte por la incorporación de trabajadores producto de la migración de beneficiarios de distintos programas del Ministerio de Trabajo".
"La política de este gobierno ha sido la eliminación de la intermediación para evitar la discrecionalidad, el clientelismo y otros abusos, de manera que la relación entre el beneficiario y el Estado sea directa, razón por la cual se han reformulado los programas existentes a diciembre de 2015 y sus modalidades de otorgamiento", añadieron.
Sin embargo, la particularidad del Salario Social Complementario es que se distribuye a través de las organizaciones sociales. A diferencia de otros planes, como la Asignación Universal por Hijo o Hacemos Futuro, el beneficiario del SSC lo recibe a través de una negociación entre las organizaciones sociales y el Gobierno, a través del Consejo de la Economía Popular (conformado por tres funcionarios del Poder Ejecutivo y tres dirigentes sociales). En una primera instancia, la cartera que dirige Stanley abrió una página web para quienes necesitaran empadronarse en el programa, pero esta fue dada de baja.
DEsde la CTEP (cuya cara visible es Juan Grabois, la figura más cercana al kirchnerismo en los movimientos sociales) reconocen la negociación con el macrismo. "Tenemos tres o cuatro compañeros que discuten. Si la cosa se pone muy difícil, me toca a mí ir como secretario general de la CTEP", explicó a PERFIL Esteban Gringo Castro.
Y ante la consulta respecto de si este fue el gobierno que más dinero volcó a la ayuda social, Castro respondió que "medirlo así es cambiar el eje. Con el otro gobierno (Cristina Kirchner) no era necesario organizar comedores y merenderos. Hay que contextualizar la situación económica que estamos atravesando".
Los propios dirigentes sociales reconocen las buenas gestiones del Gobierno para garantizar la paz en el verano. "El oficialismo actuó rápidamente y con reflejos. Esto alivió la tensión entre el Gobierno y los movimientos sociales", expresó a este medio el coordinador nacional de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete.
"El gobierno nacional alimenta continuamente la pobreza que ellos mismos crean, gracias a las medidas económicas que utilizan, darles plata a los movimientos que se agrupan es tratar de contener a esa gente que está en una situación que ellos mismos generan", replicó la coordinadora nacional de Barrios de Pie, Silvia Saravia.
Llegan con calma al verano. Diciembre fue un mes especial en materia de asistencia social. Además del aumento del Salario Social Complementario, el Gobierno nacional otorgó un bono extra de $4 mil a cada beneficiario de este plan y de Hacemos Futuro.
El oficialismo también incrementó la entrega de bolsones de alimentos a comedores, merenderos y familias y hubo canastas navideñas con pan dulce, turrones y garrapiñadas para las Fiestas. Por su parte, Anses entregó durante el último mes de 2018 un bono de $1500 pesos para los casi 4 millones de personas que cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH). Esto se sumó a los $1200 que se habían enviado en septiembre. Con esta batería de fondos, el último mes del año pasado desapareció del mapa de la conflictividad social.
"A diciembre le faltó esa sensación de incertidumbre donde la sociedad dice 'basta' y genera un estallido social acorde con el daño que causaron las políticas económicas. Nos tendríamos que remontar hasta 2002 para encontrar números tan negativos en materia económica", comentó a este diario el dirigente de Barrios de Pie-Somos, Daniel Menéndez.
En la misma línea, la referente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), Marianela Navarro, definió que "en la gestión de Stanley lo que se hizo fue administrar el conflicto social. No hubo ninguna política de reinserción".
Macri había pedido que los argentinos lo evaluaran por atacar los altísimos niveles de pobreza que tiene el país. En un año con casi el 50% de inflación, la pobreza llegó a abarcar a 13 millones de personas, según midió el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad CAtólica Argentina (UCA). No obstante, el Presidente pudo pasar las vacaciones en paz gracias a una millonaria inversión.