Una foto captura un instante y no la intensidad de tu vida, dice Araceli González (41). La reflexión que desliza una de las mujeres más fotografiadas y deseadas de la Argentina al comienzo de la entrevista sorprende, pero no es casual:se trata de las palabras que elige la actríz para desnudad un presente en el que la búsqueda personal y el continuo crecimiento asoman como premisas de la vida. “El que te ve divina y maquillada en las revistas piensa que a vos las cosas malas no te pasan y la verdad es que mi vida no es diferente a la de los demás”, asegura Araceli.
Dice que prescindió de las fiestas exclusivas y dejó olvidados los vestidos de alta costura en algún rincón de su placard para descansar del corsé con el que a veces asfixia la fama y la más alta exposición. Que buscó abrigo en la calidez de su vida familiar y que el intercambio fue tan necesario como transformador. Una transición que la llevó inclusive a pensar en un retiro definitivo pero al fin, una etapa de interrogantes que superó gracias al afecto de sus seres queridos y la valiosa herramienta que encontró en la terapia.
“Durante este último tiempo decidí dedicarme a mí y trabajar en mi persona para ver qué deseaba hacer y hacia donde quería ir. Luego de los tiempos de crisis vienen los momentos más luminosos y yo necesito de esos procesos para alimentarme y salir de ellos fortalecida” confiesa Araceli al concluir la espectacular sesion de fotos que la muestra tan bella como siempre, esta vez en el magnífico Roof Garden del Alvear Palace Hotel.
Enamorada de Fabián Mazzei (42), su pareja desde hace un año y tres meses, muy comprometida con su rol de madre de adolescentes – Florencia Torrente (20) y Tomás Suar (10) – y, según admite, segura de esa fórmula de renovación que hizo propia y la mantiene vigente, Araceli habla de la importancia de lograr la paz interior, de dar pasos seguros, y ahora, del entusiasmo que le genera el lanzamiento de su perfume y el inicio de su etapa como empresaria y hacedora de la marca.
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