En su departamento impera el blanco y sobre una mesa ratona descansan tres libros: uno sobre Orson Welles, otro sobre Victoria Ocampo y el tercero es más un objeto de arte que una simple encuadernación y lleva la firma del artista argentino Carlos Regazzoni. La música forma parte del marco imprescindible en la vida de Cecilia Roth, quien empezó el año con una intensa actividad, pero que no incluirá el teatro.
El 24 de abril se conocerá en varios cines la última película de Daniel Burman (Derecho de familia, El abrazo partido) y el público podrá ver en pantalla grande una pareja que obtuvo la total adhesión en la televisión: Cecilia Roth y Oscar Martínez.
—¿Qué fue lo que más le interesó del guión de “El nido vacío”?
—Me interesa profundamente el cine de Daniel Burman. Soy muy admiradora de sus películas y me atrae su universo. Siempre pensé que iba a seguir contando historias de su generación. Pero ahora pegó un salto y relata una historia de gente de cincuenta años. Aunque la historia no la cuenta desde su propia biografía, tiene verdad, credibilidad e intereses que me atraparon desde la lectura. Está contada con mucho humor y lo que va mostrando será muy a fin a mucha gente. Tiene algunas situaciones dolorosas, pero logró iluminarlas con humor.
—Después de filmar en tantas partes del mundo, ¿hay una manera argentina?
—Creo que cada película se adapta. El cine es un país en sí mismo. En un set, en un rodaje, en un decorado, una puede olvidarse hasta de dónde está trabajando. El filmar hace muy parecidos a todos los rodajes, aunque tengan mayor o menor presupuesto.
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