En diálogo con PERFIL, el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, explica que si bien el anuncio del cambio de director en el Teatro Colón fue sorpresivo, resulta algo que apunta a la planificación: “Lopérfido asume con el 2015 ya programado por García Caffi, es verdad, pero la programación en los grandes teatros líricos del mundo se hace con un año de anticipación, por lo que Darío asume en verdad para planificar 2016”. El detalle, claro, es que hasta que se desarrollen los comicios no se sabrá si en 2016 la Ciudad de Buenos Aires estará regida por el PRO. “Es lo mismo”, explica Lombardi: “Por más que ya no fuéramos gobierno, el Colón tiene que quedar programado con anticipación”.
La visión a futuro deja entrever, además, las habituales rencillas de poder. Faltan pocos meses para que se desarrollen las internas abiertas entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti para suceder a Mauricio Macri, y desde sectores afines al hombre de la sonrisa pétrea se adjudican haber influenciado para el nombramiento de Lopérfido, a quien ven como su ministro de Cultura en caso de triunfar en la contienda. Por más que, claro, Rodríguez Larreta mismo le diga a PERFIL que “se decidió la llegada de Lopérfido con Andrés Ibarra y (Hernán) Lombardi, y el aval de Mauricio Macri, por supuesto”.
En todos lados se cuecen habas, dicen. En el Teatro Colón, parece, también.